En los últimos años, el maltrato infantil y la drogadicción aumentaron en las colonias periféricas de la ciudad de Veracruz, alertó María de la Luz Fararoni Mortera, integrante de las Misioneras por el Amor de Dios. Por ello se busca mejorar la vida de los niños en situaciones de vulnerabilidad, sobre todo en la colonia La Pochota, una de las zonas más afectadas por estos problemas.
Fararoni Mortera explicó que, a través de una escuela gratuita en La Pochota, se busca ofrecer a los menores una educación que les permita romper el ciclo de violencia y abuso que enfrentan en sus hogares.
“Nuestra primera labor fue instruir a las maestras a no recurrir a gritos ni golpes. Estos niños ya vienen de entornos donde han sido golpeados y abusados, enfrentando una realidad de violencia familiar, alcoholismo, drogadicción y prostitución”, comentó.
Sin embargo, también destacó la presencia de muchas personas de buen corazón en la colonia, y de niños que están decididos a escapar de ese círculo vicioso.
El trabajo con las familias muestra resultados positivos en algunos casos, logrando reducir el maltrato infantil a través de pláticas y asesoramiento dirigido a los padres. No obstante, la falta de oportunidades económicas para los padres, muchos de ellos jóvenes, contribuye a perpetuar el ciclo de violencia. Esto, a su vez, provoca que los niños abandonen sus estudios y queden atrapados en un ambiente de desesperanza.
“Les decimos a los padres que en lugar de gastar en alcohol, inviertan en la educación de sus hijos. Pero es un reto, especialmente porque son jóvenes que creen que sus hijos pueden recuperar el tiempo perdido el próximo año, lo cual no siempre es posible”.
Ante esta situación, llamó a brindar mayores oportunidades a los jóvenes y a las familias en situación de vulnerabilidad, como una estrategia para disminuir el maltrato intrafamiliar y romper las cadenas de adicciones y violencia en Veracruz.