Imagine que un amigo extranjero le pregunta ¿oye, en tu país cómo están enfrentando el coronavirus? ¿cómo se hace la política pública de salud? Bueno, rifamos aviones que no se pueden rifar y al final, el dinero lo sacamos de la gente.Suena ridículo ¿no?, pues es justo lo que está sucediendo en México.
Todos sabemos por qué es una farsa el sorteo del avión, sin embargo, nos quedamos cortos al entender la magnitud del dilema.
El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró esta mañana que la rifa recaudará más de 4 mil millones de pesos para donar al servicio médico mexicano y con eso se puedan comprar equipo e insumos para atender la pandemia nacional.
Es extraño que un presidente que se considera “estar de lado del pueblo, de los pobres”, justamente esté intentando hacer lo más inesperado: que sea el mismo pueblo quien costeé todo lo relacionado a la pandemia y a enfrentar la llegada del Covid-19 a nuestro territorio.
¿No se supone que un país que funciona debería hacerse cargo de las emergencias? ¿Qué es lo que han hecho otros países al respecto? Basta con echarse un clavado a las noticias mundiales para darse cuenta de que se lo están tomando con bastante seriedad.
Parece que es un chiste. Nuestro presidente, que dice estar con los pobres, busca sacar de ellos los recursos para equipar a nuestros médicos. Porque, aunque la iniciativa privada compró, según algunos medios nacionales, alrededor de mil 500 millones de pesos en cachitos de lotería, la gran mayoría de los boletos vendidos, han sido comprados por la ciudadanía común.
Antes de la pandemia, cuando alguien le preguntaba al presidente cómo pagaría sus planes diversos, ya sea para combatir a la delincuencia o ayudar a los pobres, siempre respondía que con el dinero que le quitó a la corrupción.
Si el plan funcionó tan bien y eran tantos millones los que se robaban en la mafia del poder, ¿no sirve ese dinero para pagar lo necesario para hacerle frente a la pandemia? O quizá solo es un circo para esconder la realidad latente; los fracasos gubernamentales para vender el avión presidencial.