En México, los trabajadores manuales y operativos, las amas de casa, los jubilados y pensionados representan el 94 por ciento de los fallecimientos por COVID-19, de acuerdo con un informe de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El resto de fallecimientos, es decir, el seis por ciento, corresponde a profesionales, directivos y trabajadores del arte y espectáculos, señala el trabajo titulado “Impacto de los determinantes sociales de la COVID-19 en México”.
Lo anterior, señala el documento, debido a que las personas de bajo nivel socioeconómico tienen una representación desproporcionadamente grande en entornos de trabajo esencial como establecimientos de atención médica, granjas, fábricas, comercio, ambulantaje, transporte público, entre otros.
“El trabajar en estos ámbitos representa una mayor probabilidad de exposición al SARS -CoV-2 (nombre científico del virus que causa el COVID), debido a factores como el contacto cercano con el público y otros trabajadores, la imposibilidad de laborar desde casa, no tener licencia por enfermedad y un pobre acceso a servicios de salud. Además, habitualmente para cubrir sus necesidades básicas deben trabajar largas jornadas”, indica el informe.
Y agrega: “El trabajo en casa, a distancia, ha sido viable para las personas de mayores ingresos, pero no para quienes salir a trabajar es su única forma de subsistir y, que además, al volver a casa se transforman en una fuente de infección para sus familias”.
La mitad de las personas que han muerto a causa del coronavirus tenían una escolaridad baja, en concreto, un nivel educativo máximo de primaria.
Respecto al sexo, el reporte revela una distribución de casos homogénea: 50.1 por ciento, hombres y 49.9 por ciento, mujeres: “Sin embargo, en la mortalidad esta proporción es diferente, ya que en México mueren dos hombres por cada mujer”.
“En cuanto a la edad, el mayor número de casos positivos se encuentra entre los 30–59 años, siendo el grupo de 30–34 años el más afectado (11 por ciento de los casos totales); mientras que en los casos entre los 55– 74 años hay una mayor mortalidad, siendo el grupo de 65–69 años el más afectado (14 por ciento del total de las defunciones)”, precisa el documento.
Por otro lado, el informe señala que el 92 por ciento de los decesos ocurrieron en instituciones públicas de salud: 52 por ciento el en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), 32 por ciento en las unidades médicas de la Secretaría de Salud (Ssa) y ocho por ciento en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). En hospitales privados solo sucedieron dos por ciento de las muertes.