La Fiscalía de Verbania, en la región de Piamonte (norte de Italia), ordenó en la madrugada de este miércoles la detención de tres personas por la caída de la cabina de un teleférico el domingo, que causó la muerte de 14 personas, entre ellas un niño, y dejó gravemente herido a otro, de cinco años. Fuentes del Ministerio Fiscal explicaron que los detenidos sabían que la cabina, que hacía el recorrido entre las localidades de Stresa y Mottarone, viajaba sin uno de los frenos de emergencia, que había sido desactivado a propósito porque daba problemas y bloqueaba continuamente el teleférico. De esta forma, evitaban cerrar al público, con las consiguientes pérdidas económicas.
El funicular se desplomó cuando el cable de acero por el que discurría la cabina se partió en la zona más alta del recorrido, que supera los 1.400 metros de altura sobre el nivel del mar, en el monte Mottarone, y cuando faltaban 300 metros para llegar a la estación. De haber funcionado el freno de emergencia desactivado ―uno de los dos con los que contaba la instalación―, hubiera previsiblemente evitado que el habitáculo se precipitara al vacío. El consejero de Transportes de la región de Piamonte, Marco Gabusi, explicó que la cabina se deslizó hacia atrás a más de 100 kilómetros por hora y después voló más de 54 metros estampándose contra el suelo y rodando otra decena de metros.
Los detenidos son Luigi Nerini, de 56 años, propietario de la empresa Ferrovie del Mottarone, que gestiona el teleférico, así como su director y su jefe de operaciones. Tras un largo interrogatorio, en el que han admitido estar al corriente de que el teleférico funcionaba sin ese mecanismo de seguridad, los tres han sido acusados de homicidio múltiple doloso, desastre por negligencia y eliminación de herramientas para evitar accidentes de trabajo, informaron los medios de comunicación locales.
Olimpia Bossi, fiscal de Verbania, citada por el diario Il Corriere della Sera, precisó que la cabina siniestrada había estado funcionando sin el freno de emergencia desde el 26 de abril, día de la reapertura al público del teleférico, que había estado cerrado a causa de las medidas de prevención de la covid-19 en Italia. Después de la reapertura, el funicular precisó de una reparación el 3 de mayo que no resolvió sus problemas de funcionamiento. De ahí que los tres directivos ahora imputados decidieran bloquear el freno de emergencia, dado que con ello el teleférico seguía funcionando pese a las anomalías técnicas que sufría. Estos tres hombres “tenían la convicción de que era imposible que se rompiera el cable [del teleférico], lo que provocó que se corriera el riesgo que por desgracia ha tenido un desenlace fatal”, subrayó la fiscal Bossi.
Este funicular, que une el Lago Mayor con el monte Mottarone, data de 1970 aunque fue renovado entre 2014 y 2016 por una empresa local que efectuó una revisión completa de toda la infraestructura.