Sometida a un proceso de restauración, la casona muestra “una gran influencia del estilo europeo, que no se repite en la Ciudad de México”, resalta Norma Laguna, especialista a cargo de la obra.
Su fachada no pasa desapercibida porque posee un pórtico de ladrillo con capiteles y frisos que no se ve en ninguna otra construcción en Ciudad de México. Es la Casa Frissac, donde el cineasta Luis Buñuel filmó el segundo final de la película Los olvidados.
El inmueble edificado a principios del siglo pasado en la calle de Moneda, en el corazón de la alcaldía Tlalpan, fue sometido a un proceso de restauración, mantenimiento y conservación de su infraestructura, encabezado por la arquitecta restauradora Norma Laguna.
La joya arquitectónica reabrió sus puertas el miércoles pasado. Te recomendamos: Rendirá homenaje a Rufino Tamayo, con audio de su discurso de ingreso a El Colegio Nacional La especialista en restauración explica a M2 que la Casa Frissac es un edificio con gran influencia de la arquitectura europea, que no se repite en Ciudad de México.
“Aunque se dice que la construyó Antonio Rivas Mercado, no encontré documentos que lo confirmen. Lo que sí puedo asegurar es que con esta intervención recuperó la imagen de sus espacios, el pórtico de la entrada principal y la posibilidad de crear la plaza de acceso, porque esa parte fue modificada cuando se convirtió en escuela. La casa incluso tenía pérdidas de acabados que se recuperaron, al igual que el enorme jardín”.
Laguna dice que con la restauración del inmueble, que también contempló la barda perimetral, la iluminación y el mejoramiento de los jardines y andadores, los tlalpenses recuperan parte de su historia. “El corazón de Tlalpan requiere un espacio donde se disfrute de un lugar como este, en el que se pueda caminar, sacar fotografías, sentarse a platicar y convivir”.
Recuperar la identidad Al considerar la trascendencia del inmueble, que también fue casa de descanso del ex presidente Adolfo López Mateos, y residencia de Javier Barros Sierra, ex rector de la UNAM, la actual alcaldesa de Tlalpan, Patricia Aceves, destinó 15 millones 95 mil 452 pesos al mantenimiento y conservación de la casa.
“Parte de mi proyecto de gobierno ha sido la recuperación de la identidad y de todo lo que tiene que ver con la historia y el patrimonio cultural e histórico, por lo que decidí que se realizara la restauración de nuestro Centro Histórico, incluidos el Palacio de Gobierno, el mercado, el Museo de Historia y ahora la Casa Frissac”, precisa a M2 la funcionaria.
Teresa Suárez, cronista de Tlalpan, afirma que con la restauración la Casa Frissac luce como hace casi 120 años. La etnohistoriadora cuenta que Lorenzo de Zavala, gobernador del Estado de México en 1827, decidió trasladar los poderes de Texcoco a lo que ahora es Tlalpan para que fuera la capital de la entidad de 1727 a 1729.
Familiares de Jesús Pliego Pastrana, que eran cercanos al político, compraron varios predios, pero fue hasta finales del siglo XIX que decidieron proyectar esta casona de recreo. Chucho El Roto y sus amoríos ¿Por qué se llama Casa Frissac? Teresa Suárez relata que se debe a la radionovela Chucho El Roto, pues en esa historia se decía que el Robin Hood mexicano acudía a Tlalpan a visitar a su novia Matilde y que se brincaba la barda de la casa de su tío, don Diego de Frissac.
Pero la realidad es que el bandido falleció en 1885, mucho antes de que se construyera