Quiahuiztlán
Su nombre es de origen náhuatl y significa “el lugar de la lluvia” (quiahui, lluvia y tlan, lugar). Es un sitio totonaco que fue invadido primero por los toltecas y después por los mexicas.
Cumplió tres funciones: fue una ciudad con aproximadamente 15.000 habitantes, un cementerio con 78 tumbas y, además, una fortaleza con muros defensivos de diferentes tamaños. Tiene una vista inigualable hacia el Golfo de México, desde donde nuestros antepasados vieron llegar los barcos de los primeros hispanos que pisaron el continente.
Actualmente es una zona arqueológica a resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y también ha sido declarado parque natural.
Se encuentra ubicado a unos 110 kilómetros del Puerto de Veracruz, frente a las playas de la Villa Rica, en el llamado Cerro de los metates o Cerro Bernal (a 300 metros de altura, debe su nombre a que fueron encontrados muchos metates enterrados), en la Faja de Totonacapan, que limitada al Norte por el río Nautla y al Sur con el río Actopan.
La necrópolis está a 130 metros sobre el nivel del mar y consta de 78 tumbas que están repartidas en tres grupos: el cementerio central, el sur y el oriente. En el primero se encuentran 34, que destacan ya que se asemejan a pequeños teocalis o templos.
En Quiahuiztlán también puedes encontrar un Juego de pelota, con la forma tradicional, con graderías para los asistentes.
El ecosistema propio de esta zona es tropical, con una variada vegetación: cactus, arbustos y plantas con propiedades medicinales, como la quina utilizada para combatir el paludismo, la guásima (foto), usada para problemas estomacales; el puan, que sirve para el sarampión, y el árnica para tratar golpes y moretones.
Este asentamiento costero surgió en el periodo Epiclásico (650 y el 1000 d.C), cuando los totonacas del periodo anterior habían perdido su fuerza tras el debilitamiento de Teotihuacán y los habitantes de los antiguas ciudades se redistribuyeron en poblaciones más pequeñas y con menor territorio.
Quiahuiztlán sufrió dos invasiones en el Posclásico (900 y el 1521 d. C), primero la de los toltecas (800 d.C) y posteriormente de los mexicas (1400 d.C), a quienes servían en el momento de la llegada de los españoles.
La influencia tolteca se nota en una estructura del cementerio oriental y en las subestructuras de los edificios mayores, donde las fachadas de los edificios tenían piedras pequeñas bien labradas y en forma de un prisma rectangular, dispuestas de manera casi perfecta y luego cubiertas de estuco. La influencia mexica, por otra parte, se aprecia en el diseño de los edificios y los cementerios con mausoleos.
Hernán Cortés fundó frente a este cerro la Villa Rica de la Veracruz, donde se llevó a cabo la alianza entre los pueblos totonacas y los españoles para conquistar el imperio Tenochca.
Está abierto de martes a domingos de 8,30 a 17. La entrada cuesta 39 pesos mexicanos y es libre y gratuita los domingos.
Cempoala
La palabra Cempoala deriva del náhuatl cēmpoalātl y puede traducirse como “abundancia de agua” o “lugar de veinte”, en alusión a los 20 poblados que integraban el sitio.
Debido a su extensión y sus numerosos edificios, el lugar llamó poderosamente la atención a los primeros españoles, quienes lo nombraron Sevilla o Villaviciosa. Actualmente pertenece al municipio de Úrsulo Galván, en el estado de Veracruz.
Tiene gran importancia cultural porque fue una de las ciudades más importantes de la Costa del Golfo. Aunque hay evidencias del estilo olmeca en el asentamiento, en el periodo Posclásico fue capital de los totonacas, dominando una gran parte del territorio de Veracruz y el norte del Estado de Puebla, en donde convivían totonacas, chinantecos y zapotecas. En su momento de mayor esplendor llegó a tener entre 25 y 30 mil habitantes.
Cuando Cortés y sus soldados llegaron a la costa de Veracruz, en 1519, fueron recibidos por el “jefe gordo”, cuyo nombre era Xicomecoatl. Este los deslumbró con sus muchas atenciones, dándoles grandes banquetes, mujeres y hospedaje. Se cree que, además, les entregó joyas de oro y otros exóticos regalos. Cortés decidió devolver los favores y le preguntó al corpulento cacique si había algo que pudiera hacer por él y su pueblo. Así fue como se enteró de cómo los totonacas habían estado sufriendo durante varios años la dominación azteca.
Antes de partir a Quiahuiztlán, Cortés prometió meditar sobre el asunto y ese fue el comienzo de una alianza entre los españoles y los totonacas contra los aztecas. En agosto de 1519, Cortés y sus hombres llevaron a 40 guerreros totonacas y 200 cargadores en su viaje rumbo a México-Tenochtitlan. Ahí ganaron una batalla tras otra y, finalmente, tomaron a Moctezuma II como rehén.
Prepárate para admirar impresionantes plazas y fortificaciones, rodeadas de una vegetación con decenas de tonalidades verdes. El sitio, que también solía ser llamado “lugar de las cuentas” (debido a que ahí era donde los mexicas cobraban los impuestos de la costa del Golfo de México), era uno de los centros político-religioso más importantes de la región.
Por ello se utilizaron piedras de río, repelladas con cal y mortero en la construcción de sus templos y edificios públicos, lo que hacía que las edificaciones brillaran y fueran vistas a la distancia, dando la apariencia de estar construidas con algún metal precioso.
Una de las principales estructuras de Cempoala es el Templo del Sol o Gran Pirámide, que se asemeja al templo del sol en Tenochtitlan.
Otras edificaciones destacadas son el Templo de Quetzalcóatl, el Templo de Ehécatl (dios del viento), con su singular forma redonda y el Templo Mayor, cuya parte superior está rodeada de almenas.
Abierto de lunes a domingo, de 9 a 18. La entrada cuesta 55 pesos mexicanos, y es libre y gratuita los domingos.