Un ex gerente de Alibaba fue detenido en China bajo sospecha de agresión sexual, en un caso que movilizó al movimiento #MeToo del país contra la cultura corporativa en el sector de tecnología, ya que el sector se enfrenta a una amplia ofensiva regulatoria.
El escándalo provocó un renovado escrutinio sobre la compañía de comercio electrónico más grande de China, ya que las autoridades intensificaron los cambios radicales en políticas e intervenciones regulatorias en las últimas semanas que eliminaron miles de millones de dólares de las capitalizaciones de mercado de las compañías de tecnología más grandes del país.
Las presuntas agresiones ocurrieron el mes pasado en una cena de trabajo y luego en un hotel, de acuerdo con un comunicado que emitió la policía el sábado en Jinan, la capital de la provincia de Shandong, en el este de China.
Un cliente de Alibaba también fue detenido bajo sospecha de agredir a la mujer, según el comunicado de la policía, que agregó que no había evidencia de violación.
Una empleada de Alibaba acusó a su supervisor de agredirla sexualmente después de que la presionaron para que bebiera. También acusó a Alibaba de no responder inicialmente a su solicitud de investigación.
Alibaba, fundada por el multimillonario Jack Ma, ha batallado para contener las consecuencias cada vez más grandes del caso. La compañía anunció la semana pasada que el gerente fue despedido, mientras que el director ejecutivo, Daniel Zhang, calificó el incidente como una “humillación” y prometió mejoras en la cultura empresarial de Alibaba.
Sin embargo, los empleados del sector de tecnología cada vez más francos, incluidos los de Tencent, el gigante de internet, y de otros grupos de tecnología exigen cambios mayores. Sus denuncias arrojaron luz sobre la intensa presión que hay sobre los empleados jóvenes para que beban mucho en los eventos de trabajo.
El gigante chino del comercio electrónico no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Las acusaciones en Alibaba ya provocaron la condena de la cultura de la bebida en eventos de trabajo por parte del organismo de control anticorrupción del Partido Comunista Chino, la Comisión Central de Inspección Disciplinaria.
Esas advertencias también se produjeron en un contexto más amplio de intensificación de la atención oficial en el comportamiento considerado inapropiado y perjudicial para la sociedad china. Las autoridades anunciaron la semana pasada un plan de cinco años para instituir un nuevo marco legislativo que centralizaría el control del partido sobre sectores estratégicos, entre ellos el de la tecnología y el de la atención de salud, y “satisfacer las crecientes demandas de la gente por una buena vida”.
El sábado, un comentario que se emitió en Radio Nacional de China, una emisora estatal, pidió un mayor escrutinio regulatorio de los juegos en línea, instando a las autoridades a mostrar “tolerancia cero” para los títulos que “falsifican la historia de manera arbitraria”, lo que advirtió que puede “conducir fácilmente a opiniones erróneas”.
Bajo el presidente Xi Jinping, quien pregonó el rejuvenecimiento nacional de China como un tema crítico de su liderazgo, el tratamiento de los episodios históricos también se ha convertido en un tema cada vez más delicado.
Los comentarios de los medios estatales son observados de cerca por las compañías de tecnología y sus accionistas después de que las advertencias anteriores asustaron a los inversionistas y provocaron la caída de los precios de las acciones.
Tencent, que obtiene casi un tercio de sus ingresos de los juegos, se vio obligada a anunciar restricciones sobre cuánto tiempo los menores pueden jugar sus programas en línea después de que un periódico estatal calificó los juegos como un “opio espiritual”.
El Ministerio de Cultura de China también señaló la semana pasada una ofensiva contra las canciones en los lugares de karaoke que pueden difundir “información perjudicial”.