En una era donde la innovación y la tecnología son motores fundamentales para el desarrollo económico y social, México se enfrenta al desafío de asegurar la participación equitativa de las mujeres en el sector tecnológico. Según indicó Carlos Bueso, Director de Experis de ManpowerGroup para México, Caribe y Centroamérica.
Agregó que para mantenerse competitivo en el mercado tecnológico e innovación, es crucial formar, reclutar y retener a mujeres para roles tecnológicos de alta demanda.
Datos revelados por el «Informe sobre la brecha de género en STEM en la formación técnico profesional en México», elaborado por Movimiento STEM, UNICEF y la OIT, muestran una brecha significativa en la participación femenina en áreas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Aunque la cantidad de mujeres con formación en STEM es considerable, hasta 105 mil 954 mujeres con esta formación carecen de experiencia laboral, superando a los hombres en esta categoría.
Señaló que aún existe un espacio importante de crecimiento para el talento femenino en las tecnologías de la información, pero es crucial abordar los factores que impiden su plena participación en el desarrollo tecnológico. Actualmente, solo el 30 por ciento de los puestos tecnológicos en ciencias de la computación y tecnologías de la información son ocupados por mujeres en México.
En cuanto a puestos digitales enfocados al liderazgo y manejo de equipos, el panorama es aún más desafiante, con solo el 26 por ciento del talento femenino ocupando roles de este tipo, según el estudio Gestión de Talento Digital de Manpower.
El contexto del Nearshoring México es visto como un destino atractivo para la inversión tecnológica, pero la falta de talento femenino podría obstaculizar su pleno aprovechamiento. Destacó la necesidad de implementar estrategias eficaces para capitalizar el talento femenino que se queda fuera de la actividad.
Entre las estrategias necesarias para impulsar la participación de las mujeres en el sector TI y STEM se encuentran: corregir el sesgo en la fuerza laboral, mejorar las tasas de retención y capacitar a las mujeres para roles tecnológicos desde edades tempranas. Reforzar el interés de las niñas en áreas como matemáticas, ingeniería, tecnología y ciencia desde la educación primaria es una tarea primordial, ya que el problema comienza desde la falta de acceso y estímulo en los primeros años de formación educativa.