El editor José Eugenio, relató cómo fueron los últimos días del escritor; presentó la edición conmemorativa de “La tumba”
Guadalajara.- Sin discursos solemnes ni caras alargadas, sino como solían hacerlo los antiguos “carnales” de décadas pasadas cuando se juntaban a escuchar los discos de The Doors, The Rolling Stones y Elvis: armando un buen relajo repleto de anécdotas y canciones, así fue el homenaje que le ofrecieron al escritor José Agustín durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2024.
“En la mañana alguien me preguntó qué hubiera pensado José Agustín de este homenaje, si le hubiera gustado. Y yo lo que respondí es que por supuesto que sí. Aunque fue el niño terrible de la literatura, aunque fue un rebelde hasta el último día de su vida, como buen escritor y como buen artista por supuesto que quería ser reconocido y por supuesto que quería ser leído comentado “, dijo Andrés Ramírez, hijo del escritor.
Un agradecimiento profundo
En su intervención Margarita Bermúdez, esposa del autor de la novela “De perfil”, quien estuvo a su lado hasta el último instante cuando falleció el pasado 16 de enero, agradeció a los lectores y expresó lo importante y maravilloso que fue para ella y los que lo conocieron más de cerca.
“Últimamente reflexionaba cómo manejar el duelo, pero se me ocurre que evocar su originalidad y sentido del humor sería lo mejor. Era ingenioso, divertido y hacía bromas, pero por otro lado era tan enigmático e impredecible, que no sabías por dónde vendría la broma o el poema. Era excepcional, sólo espero que encuentre la luz de los escritores en el más allá.”, dijo su viuda
El final terrenal del maestro José Agustín
Andrés Ramírez, editor de Penguin Random House México, e hizo del difunto escritor, se sinceró con los lectores de su padre y relató que el escritor y la familia decidieron no ir a ningún hospital, por lo que los últimos cuidados fueron atendidos por los familiares más cercanos, celebrando su vida.
“Lo acompañamos con música en gran parte. Como ustedes saben, fue un gran hedonista y un gran musicólogo, esas fueron de las cosas que más le importaron en la vida: oír música y disfrutarla. Nunca pudo tocar como muchos de los artistas escritores, pero siempre trajo en el corazón ese ritmo.
“En esos últimos días le pusimos innumerables cantidades de canciones que toda su vida estuvo escuchando: desde Elvis Presley, por supuesto, hasta Massive Attack, pasando por Pink Floyd y engolosinándonos con Manu Chau. En fin, una larga serie de canciones y artistas que lo entusiasmaban convaleciente”, contó el editor, quien aseguró que tanto José Agustin como su familia recibieron con gran gusto los cientos de mensajes por parte de sus lectores.
La vena poética
Tras esta primera anécdota, los poetas Ricardo Castillo y José Eugenio Sánchez aseguraron que a pesar de que a José Agustín se le conoce como narrador, en realidad fue un asiduo lector de poesía (y practicante, aunque quemó la gran mayoría de sus poemas).
“José Agustín, en mi imaginario, convirtió la posibilidad de pensar la canción del rock como un congénere del poema. De alguna manera la canción del rock era un modelo, un patrón para escribir poesía, como Bob Dylan. José Agustín va más allá de ser una influencia literaria, es una fuerte influencia sociológica.
“Es la gente que nos hace falta porque nos gustaría saber qué opina él de tantos temas, es una es una voz que une a México”, dijo Ricardo Castillo quien recitó un poema que escribió a la memoria del autor de “La contracultura en México” y “La tragicomedia mexicana”.
Por su parte José Eugenio Sánchez, relató una muy divertida anécdota de la vez que en Nuevo León, él organizó un homenaje a José Agustín, por parte de varios jóvenes escritores, quienes fundaron la Sociedad de Escritores Resentidos Frustrados Neuróticos Psicóticos y Similares (SERFNPS) con la “Verga de Oro de la Literatura Mexicana”, tras una loca fiesta, llena de mezcal y otras sustancias.
Nueva edición de “La tumba”
En el evento, que tenía por subtítulo “De La tumba al infinito”, Andrés Ramírez hizo el anuncio del lanzamiento de una edición conmemorativa de “La Tumba”, la primera novela que dio fama a José Agustín.
Con prólogo de la escritora Brenda Navarro, el libro ofrece además del texto íntegro de la novela, fotografías inéditas, anotaciones, copias de manuscritos y las portadas de las diferentes ediciones de “La Tumba”. Se incluyen algunos textos adicionales, entre ellos una entrevista hecha al escritor Enrique Serna quien reconoce a José Agustín como “un libertador”, y el relato de cómo José Agustín conoció a su esposa, contado por ella.
Además hay ensayos y entrevistas de Elsa Cross, Alejandro Ramírez, Hilda Ramírez, Sara Sefchovich, Margarita Dalton, Yuri Herrera, Leticia Araujo y Rosario Casco. Y como un plus, el que podría ser el único poema que se salvó de José Agustín.