
rizaba, Ver.- Los empleados de Petróleos Mexicanos (Pemex) que laboran en la zona de Maltrata señalan que la inseguridad en carreteras y accesos hacía la cabecera municipal se ha convertido en un problema grave que pone en riesgo su integridad, manifiesta Javier Aldana Prieto, secretario de Honor y Justicia de la Sección 40 de Pemex a nivel nacional.
Asaltos, cobros de “cuotas” y robos de unidades son parte del escenario cotidiano que enfrentan por tanto transportistas de combustible como personal de estaciones de rebombeo son víctimas constantes.
El dirigente explica que en la estación de rebombeo ubicada en Maltrata se han documentado múltiples episodios de violencia. En algunos casos, las camionetas que trasladan a los trabajadores fueron detenidas por grupos armados que despojaron a los tripulantes de dinero, celulares y pertenencias.
“En varias ocasiones los interceptan a mitad del camino, los bajan y les exigen pagar cuotas para permitirles continuar su ruta. Es una situación insostenible”,comenta.
Aunque la Guardia Nacionaly cuerpos policiales han realizado operativos en la zona, la cobertura es intermitente. Según los petroleros, en algunos viajes han contado con acompañamiento de convoyes de seguridad, pero en otros no, lo que los expone nuevamente a la delincuencia.
Aldana Prieto advierte que esta problemática no solo afecta al sector energético, pues transportistas y automovilistas particulares que circulan por las Cumbres de Maltrata también se enfrentan a extorsiones y robos, «se trata de una vía estratégica para Veracruz y para el país, y hoy está en manos de grupos criminales”, puntualiza.
El líder sindical aseguró que detrás de esta violencia también existe un interés económico ligado al robo de combustible y al saqueo de unidades de carga. Por ello, pidió que se intensifique la presencia de las autoridades y se establezcan rondines permanentes de vigilancia.
Finalmente, los trabajadores petroleros reiteraron su llamado urgente a los tres niveles de gobierno para garantizar condiciones de seguridad en esta región montañosa. “No podemos seguir laborando bajo amenaza, la vida de los trabajadores está en juego”, concluyeron