Roya Karimi fue víctima de un matrimonio infantil y madre de un hijo a los 15 años en Afganistán, pero se ha convertido en una de las mejores fisicoculturistas de Europa y ahora compite en los Campeonatos Mundiales de Culturismo.
La historia de su vida es un retrato de la lucha contra las tradiciones restrictivas, la reconstrucción de su identidad, y una inspiración para las mujeres que todavía enfrentan numerosas restricciones.
Roya huyó de Afganistán hace 14 años con su madre y su hijo pequeño, y solicitó asilo en Noruega.
A pesar de que su nueva vida la llevó hasta poder competir en los Campeonatos Mundiales de Fisicoculturismo a los 30 años, Roya todavía teme por los derechos de las mujeres en su país natal. Está particularmente preocupada por las restricciones impuestas a las mujeres afganas desde el regreso de los talibanes al poder en 2021.
Roya se refiere a la prohibición de que las niñas asistan a la escuela después de los 12 años, impuesta por el régimen talibán en Afganistán.
Los talibanes han impuesto restricciones estrictas a las niñas y las mujeres tras arrebatar el poder al Gobierno que contaba con el respaldo occidental cuando las tropas estadounidenses se retiraron en medio del caos en 2021.
Nueva vida en Noruega
Roya afirma que «no quería esa vida» incluso antes de que los talibanes regresaran al poder en el país.
Su decisión de huir de Afganistán, dejando atrás a su entonces esposo, supondría muchos riesgos para las mujeres en la sociedad tradicional afgana si decidieran hacer lo mismo.
En Noruega, Roya experimentó un ambiente completamente diferente. Tuvo que adaptarse a una nueva cultura, más liberal, encontrar un empleo con el cual sostenerse a sí misma y a su familia y aprender a hablar noruego.
Le resultó difícil lidiar con todas esas exigencias durante los primeros años, pero sus esfuerzos finalmente dieron fruto. Roya estudió enfermería y trabajó en un hospital en la capital, Oslo.
El encuentro de Roya con el fisicoculturismo -el desarrollo muscular del cuerpo- fue un punto de inflexión en su vida. Ir al gimnasio no era solo una forma de hacer ejercicio físico; sino también una manera de reconstruir su autoestima, redefinir su propia personalidad.
Afirma que ese deporte le ayudó a liberarse de las limitaciones mentales y sociales que le habían impuesto durante años.
Paralelamente a su carrera de enfermería, Roya continuó su formación en nutrición y asesoría de salud, y finalmente obtuvo un título en preparación física.
Roya y su segundo esposo están reconocidos como la primera pareja fisicoculturista de Afganistán, una identidad pionera que simboliza tanto resiliencia como cambio.
Hace un año, Roya decidió abandonar la enfermería para entrar en el mundo del fisioculturismo profesional. Fue una decisión arriesgada que cambió el curso de su vida.
Sin embargo, explica que el principal desafío para ella no fue cambiar de empleo, sino adaptarse a las libertades tras las restricciones a las que estuvo sometida en Afganistán.
Además de sus actividades deportivas, Roya ha conectado con mujeres afganas dentro y fuera del país a través de las redes sociales. Les habla sobre la importancia de la salud física, la autoestima y la reconstrucción de la identidad propia.
Roya sostiene que el éxito de cada mujer afgana es más que una victoria personal, es un paso hacia la redefinición del papel de la mujer en la sociedad.
Roya conoció a su segundo esposo, Kamal Jalaluddin, en Noruega. También afgano, él mismo tenía una larga trayectoria en fisicoculturismo y es uno de los principales apoyos de Roya.
El éxito de Roya ha sido la realización de un sueño conjunto con Kamal.
A pesar de sus éxitos personales, la familia de Roya en Afganistán dejó de apoyarla. Pero Roya responde: «He decidido ser yo misma y trabajar por un futuro mejor».
Sus cuentas en redes sociales reciben un aluvión de críticas, qe a menudo incluyen amenazas de violencia y muerte.
Ella rechaza las críticas que a veces dirigen contra sus actividades: «La gente sólo ve mi apariencia y mi bikini. Pero detrás de esa imagen, hay años de sufrimiento, esfuerzo y perseverancia. Estos éxitos no se han logrado fácilmente».



