Liderazgo es la habilidad de ver lo que viene a la vuelta de la esquina”: Bill Clinton.
Fernando Barbachano Peón fue un visionario, un hombre que, orgulloso de sus raíces, posicionó a México ante los ojos del mundo, enalteciendo la gran civilización maya al abrir brecha hacia una de las zonas arqueológicas más fascinantes de nuestro continente.
De esta manera, hizo emerger la pujante industria del turismo, que se ha convertido en abundante fuente de empleo y generadora de millonarios recursos para el país.
En el año de 1901, llegando a su fin la Guerra de Castas, comienza la vida de Fernando en Puebla de los Angeles, ciudad donde nació un 29 de junio. Sus padres, don Desiderio Fernando Barbachano Bolio y doña Elia Peón Cisneros, habían dejado Mérida para fijar su domicilio en esa ciudad por requerimientos de un nuevo negocio, cuyo mercado se encontraba en aquella zona del país.
Años más tarde, Fernando regresa a esta tierra y revoluciona la actividad económica del estado.
A los 17 años, poco tiempo después de volver a Mérida, Fernando fue aceptado en la Universidad Católica de Fordham en Nueva York. En aquella época un gran número de barcos de la naviera Ward Line atracaba en puertos yucatecos debido al comercio del henequén. Fue en uno de ellos, el “México”, en el que navegó hacia su nueva vida de universitario en la Gran Manzana.
En aquel viaje conoció a varios ejecutivos de la naviera, quienes más tarde se convertirían en sus primeros clientes.
Al concluir sus estudios, mediando los años 20, Fernando comenzó lo que serían los primeros “tours”: subía a los barcos que atracaban en el Puerto de Progreso y convencía a ejecutivos y viajeros de bajar para mostrarles la ciudad y sitios arqueológicos, a los que se llegaba en carretas jaladas por mulas.
En ese tiempo, el interés por Chichén Itzá y la civilización maya había despertado, debido a las publicaciones de National Geographic y a la inauguración de una muestra en el Museo Peabody de Cambridge, Massachusetts, en la que se exhibían piezas encontradas en el Cenote Sagrado.
La Compañía Impulsora del Turismo, el Hotel Mayaland y la Cooperativa para Guías
En 1921, Fernando fundó, en sociedad con don Francisco Gómez Rul, la Compañía Impulsora del Turismo a las Ruinas de Yucatán S.A., con el propósito de promover el turismo en el estado. Poco tiempo después, en 1923, Felipe Carrillo Puerto inauguró la carretera Dzitás-Chichén. Ese mismo año, Fernando comenzó a construir el Mayaland Lodge, primer hotel en el mundo ubicado en el perímetro de una zona arqueológica, lo que facilitaba a sus huéspedes el acceso al sitio y a la pirámide de Kukulkán (designada maravilla del mundo moderno en 2007).
Fernando diseñó el hotel con ayuda de Sylvanus Morley, gran amigo suyo y jefe de reconstrucción de los templos principales de Chichén Itzá, trabajo financiado por el magnate Andrew Carnegie.
Dos años más tarde, en 1925, Fernando Barbachano Peón y Carmen Gómez Rul Castillo contrajeron matrimonio. Carmen, hija de Francisco Gómez Rul e Isabel Castillo Rivas, era contadora pública titulada, una mujer inteligente y adelantada a su época.
Tuvieron dos hijos: Fernando y Carmen, ambos se dedicaron a trabajar y acrecentar los negocios de su padre.
La primera nieta de Fernando, Maruja, comenta:
“Mi abuelo fue un hombre muy consciente de su papel en la familia: adoró y protegió a sus dos hermanas, Elia y Bertha, durante toda su vida.
Siempre estaba pensando qué negocio nuevo emprender y para él los secretos no eran importantes; mientras le lustraban los zapatos le preguntaba al bolero qué le parecía tal o cual negocio que estaba pensando emprender. La opinión de todo mundo era valiosa para él. Sus nietos lo visitábamos frecuentemente; siempre consentidor y cariñoso nos decía que no importaba la profesión que eligiéramos, lo importante era ser el mejor en ella: Marujin, si vas a ser barrendera, vas a ser la mejor barrendera del mundo, me decía.
“Siempre fue muy respetuoso del comercio justo, nunca regateaba a comerciantes ni artesanos. Un día me llamó para invitarme a comer a su casa pues le habían mandado un venado pibil, y cuando levantó la hoja de plátano, cual fue su sorpresa al darse cuenta que era pollo! Recuerdo cómo bromeaba a quien se lo había regalado diciéndole: cuando me mandes venado ¡fíjate que no tenga plumas! Siempre tuvo un gran sentido del humor”.
A raíz de la creación de Compañía Impulsora del Turismo, Fernando inauguró la primera agencia receptiva en todo México, con el nombre de Mayaland Tours, que más adelante cambió de nombre a Barbachano’s Travel Agency.
En 1940, la agencia albergó la primera cooperativa para guías de turistas en Yucatán bajo el nombre de Sociedad Cooperativa de Guías de Turistas, Choferes e Intérpretes del Mayab, S.C.L.
La visión que caracterizaba a Fernando le permitió predecir que al final de la Segunda Guerra Mundial vendría el siguiente “boom” del turismo en el mundo, (como sucedió al finalizar la primera) por ello, habría que estar preparados para hacer frente a la gran demanda de guías de turistas. Uno de sus objetivos era reclutar gente con buen dominio del idioma inglés sin importar sus conocimientos de historia o arqueología de Yucatán. Para esto, el encargado sería Antonio Canto López, director del Museo del Estado. La idea era que al recibir a los turistas se les asignara un guía, que permanecería con el mismo grupo durante toda su estancia con el objetivo de lograr ese vínculo y la confianza que hace que uno se sienta cómodo; para esto, era primordial que el turista pudiera comunicarse en su propio idioma.
En los años 40, el “Balam” (jaguar)—como le llamaban algunos empleados y amigos— creó la Fundación Maya, con el objetivo de promover esta cultura en el extranjero. Autorizado por el Instituto Carnegie, mandó realizar un facsímil en gran formato — incluyendo Chichén, Copán y otras zonas arqueológicas—. Un gran número de copias fueron distribuidas en universidades y bibliotecas de Estados Unidos y Canadá.
Humberto Gómez Rodríguez, historiador y experto en Cultura Maya:
“Fernando Barbachano Peón era un hombre alto y de carácter fuerte. Fue un gran visionario del turismo en nuestro país y conocía sus negocios a la perfección; si le preguntaban cuántas llaves marca Yale había en el hotel Mayaland contestaba: 13, porque las demás son Schlage. Así estuviera en Mérida, sabía perfectamente lo que estaba sucediendo en Chichén, Uxmal y en cada uno de sus negocios”.
Hotel Hacienda Uxmal
En 1952 se inauguró el hotel Hacienda Uxmal, el más elegante de Yucatán en ese entonces. Fue construido en los terrenos de la hacienda y diseñado por Fernando (al igual que el Hotel Mérida, en 1941). Tuvo un concepto muy innovador, pues en sus jardines se construyó la “Aldea Maya”, en la que los huéspedes podían vivir la experiencia del pueblo maya-yucateco, con sus tradiciones y costumbres. Las casitas de la Aldea Maya, siempre impecables, eran habitadas por empleados del hotel y sus familias.
Logros
A lo largo de su vida Fernando obtuvo múltiples logros. En 1936 fue nombrado representante de la naviera Ward Line; fue el primer agente representante de American Express en toda América Latina y el único autorizado para expedir cheques de viajero y prestar servicios financieros. En 1941 abrió filiales de Barbachano`s Travel Agency en la ciudad de México y en importantes urbes de Estados Unidos como Chicago, Nueva York, Los Angeles y Miami; fue socio y representante de Hertz y Avis en los principales destinos turísticos del país; miembro fundador de la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV), de la International Air Travel Association (IATA) y de la American Society of Travel Agents (ASTA). Asimismo, se le considera iniciador de la industria turística en Quintana Roo. En 1959 inauguró el Hotel Caribe Isleño, uno de los primeros en la isla de Cozumel. Cinco años más tarde, en noviembre de 1964, fue inaugurado el Hotel Cozumel Caribe, primero de cinco estrellas en el Caribe Mexicano.
Fernando falleció el 7 de noviembre de 1964 debido a una arterioesclerosis.
Unos meses antes, entregó la dirección de los negocios a su hijo, Fernando Barbachano Gómez Rul. A partir de ese momento se dedicó a la defensa de los bienes patrimoniales de Yucatán, su gran pasión.
Medalla al Mérito Turístico
En 1972, el presidente Miguel Alemán Valdés entregó la Medalla al Mérito Turístico a Carmen Gómez Rul, en un reconocimiento póstumo a Fernando. Éste era el máximo reconocimiento que concedía el Consejo Nacional de Turismo. Hoy en día, este premio es entregado por el Congreso de la Unión.
Es admirable como algunas personas logran transformaciones verdaderas, que trascienden. Este fue uno de los grandes logros de Fernando, al transformar el concepto de “viaje” por el de “experiencia” … Y finalmente, ¿de qué se construye la vida, si no de experiencias?