América Latina y el Caribe se encuentran entre las regiones más dependientes del turismo, al igual que destinos que reciben cruceros
Cancún. La recesión del turismo mundial que ha acompañado a la pandemia Covid-19 afectó a las aerolíneas y las cadenas hoteleras y a los trabajadores de la hostelería en todo el mundo, pero se siente más en las naciones menos desarrolladas del mundo, como México, donde el turismo es un motor importante del desarrollo económico.
El diario The Wall Street Journal destacó que desde Río de Janeiro hasta Venecia y las Maldivas, se espera que la industria del turismo mundial pierda más de 100 millones de puestos de trabajo, o aproximadamente uno de cada tres empleos turísticos en todo el mundo, según estimaciones del World Travel & Tourism Council, o WTTC.
América Latina y el Caribe se encuentran entre las regiones más dependientes del turismo. Las islas pequeñas son particularmente vulnerables. Para Aruba, el turismo representa casi el 85 por ciento de la producción económica, según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo. Para las Maldivas en el sur de Asia es más del 66 por ciento. Las Bahamas ocupa el quinto lugar a nivel mundial con más del 59 por ciento, según muestran los datos del BID.
Los destinos que dependen en gran medida de los cruceros, como Nassau en las Bahamas o Cozumel en México, también se encuentran en una situación desesperada. La mayoría de sus clientes habituales son estadounidenses y las líneas de cruceros han suspendido sus operaciones desde los puertos estadounidenses hasta noviembre, destacó el Journal.
El turismo tiene menos monopolios y tiende a fomentar el espíritu empresarial y la movilidad social, generando puestos de trabajo para todos, desde taxistas hasta amas de casa, guías turísticos y propietarios de posadas, dicen los economistas.
El turismo ha crecido tan rápido en las últimas dos décadas que uno de cada cinco empleos globales creados durante ese tiempo estaba en la industria, según el WTTC.
El Banco de México, bajo la dirección del gobierno, fundó Cancún hace cinco décadas para ayudar a diversificar la economía dependiente del petróleo del país. La construcción de un aeropuerto internacional, carreteras y megahoteles a lo largo de la cadena de playas vírgenes ayudó a impulsar al país a convertirse en el séptimo destino turístico del mundo por número de visitantes.
Hoy, la contribución del turismo a la economía mexicana supera el 15 por ciento. Cerca de 24 millones de turistas extranjeros visitaron México el año pasado, gastando 21 mil millones de dólares, según los datos del gobierno. La Asociación de Hoteles de Cancún estima que la Riviera Maya capta el 65 por ciento de la actividad turística extranjera.
Por el momento, eso parece una perspectiva lejana. Las llegadas de turistas a México se desplomaron 87 por ciento en junio, y el gasto cayó a 148 millones de dólares desde 1.7 mil millones un año antes.
Desde junio, Cancún ha reabierto pero con muchas limitaciones para garantizar que los turistas estén seguros.
Unos 380 mil turistas de Estados Unidos y México han llegado a Cancún desde principios de junio, según estimaciones del gobierno local. Pero las tasas de ocupación hotelera están alrededor del 25 por ciento, por debajo del límite del 30 por ciento establecido por las autoridades sanitarias federales.