El Ejército Mexicano ha enviado tropas de élite a la región de Tierra Caliente, en Michoacán. Este fin de semana, 180 elementos de Fuerzas Especiales —apodados “Murciélagos” por su capacidad de operar en la oscuridad— se desplegaron en cinco municipios clave: Tepalcatepec, Buenavista, Apatzingán, Tumbiscatío y La Huacana.
El operativo forma parte de un despliegue mayor iniciado el 8 de noviembre, que incluye a mil 980 efectivos de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano, además de cinco helicópteros de la Fuerza Aérea.
Se trata de unidades entrenadas para moverse en silencio y operar en condiciones extremas. Entre sus filas destacan francotiradores capaces de neutralizar objetivos a larga distancia, especialistas en explosivos, equipos preparados para combates en montaña y soldados que dominan las técnicas de infiltración y exfiltración.
A este adiestramiento se suma el uso de drones tácticos, sistemas para bloquear aeronaves no tripuladas, vehículos diseñados para detectar y desactivar minas, células contra explosivos y un sistema de videovigilancia en tiempo real.
Fuera de Tierra Caliente, el CJNG compite por rutas estratégicas. Busca infiltrar la producción y tráfico de cocaína y drogas sintéticas hacia el Pacífico, presionando en el corredor colindante con Jalisco y Colima.
Mientras que el Cártel de Sinaloa apenas mantiene células aisladas en el estado, pero su influencia se percibe de manera indirecta: el puerto de Lázaro Cárdenas es codiciado tanto por el CJNG como por la facción michoacana.
Fuera de Tierra Caliente, el CJNG compite por rutas estratégicas. Busca infiltrar la producción y tráfico de cocaína y drogas sintéticas hacia el Pacífico, presionando en el corredor colindante con Jalisco y Colima.
Mientras que el Cártel de Sinaloa apenas mantiene células aisladas en el estado, pero su influencia se percibe de manera indirecta: el puerto de Lázaro Cárdenas es codiciado tanto por el CJNG como por la facción michoacana.



