Los hilos tensores del rostro, también conocidos como hilos de sustentación o hilos faciales, son una técnica de medicina estética utilizada para lograr un efecto de rejuvenecimiento facial sin cirugía. Se trata de un procedimiento no invasivo que consiste en la inserción de hilos finos y reabsorbibles en la piel y los tejidos subyacentes, con el objetivo de tensar y reafirmar el rostro.
Estos hilos están hechos de materiales biocompatibles, como el ácido poliláctico o el polidioxanona, que se utilizan comúnmente en suturas médicas. Estos materiales son seguros y se reabsorben gradualmente por el organismo con el tiempo. Los hilos se insertan mediante una aguja especial o una cánula en zonas estratégicas de la cara, como los pómulos, las cejas, el cuello o la mandíbula.
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Una vez que se colocan los hilos, se realiza un ajuste en la posición de la piel mediante la tracción suave y estratégica de los hilos. Esto crea un efecto de elevación y tensión en el rostro, reduciendo la flacidez y mejorando la apariencia general de la piel. Además de la elevación, los hilos también estimulan la producción de colágeno, lo que contribuye a mejorar la firmeza y la elasticidad de la piel a largo plazo.
Los hilos tensores pueden ofrecer diversos beneficios, como la reducción de la flacidez en la cara y el cuello, la mejora de los contornos faciales, la elevación de las cejas caídas, el levantamiento de los pómulos y la disminución de las arrugas. Los resultados son naturales y sutiles, ya que no se produce un cambio drástico en la apariencia facial.
El procedimiento de hilos tensores es generalmente rápido, y se puede realizar en una clínica estética bajo anestesia local. El tiempo de recuperación es mínimo, con pocos efectos secundarios, como hematomas o ligera inflamación, que suelen desaparecer en pocos días. Los resultados pueden durar entre 12 y 18 meses, dependiendo del tipo de hilo utilizado y del proceso de reabsorción del organismo.
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Es importante tener en cuenta que los hilos tensores no son adecuados para todos los casos y que cada persona tiene características faciales únicas. Por lo tanto, es fundamental contar con una evaluación previa por parte de un médico especializado en medicina estética, quien determinará si esta técnica es adecuada y cuál es el enfoque más adecuado para cada paciente.
En resumen, los hilos tensores del rostro son una técnica no quirúrgica que utiliza hilos reabsorbibles para tensar y reafirmar la piel del rostro. Proporcionan un efecto de elevación, estimulan la producción de colágeno y ofrecen resultados naturales y duraderos. Sin embargo, es fundamental buscar un profesional cualificado y recibir una evaluación personalizada antes de someterse a este procedimiento.