
Álamo Temapache, Ver., Debido a las lluvias e inundaciones de la semana pasada, este muni-cipio en el norte de Veracruz, considerado el centro de producción de naranja más importante del país, recibió un golpe demoledor, pues de acuerdo con cálculos de los habitantes, al menos 80 por ciento de las hectáreas dedicadas al cultivo del cítrico resultaron dañadas.
Las consecuencias a mediano y largo plazos en el empleo y la economía de la región son enormes y arrojarían a miles de habitantes a la migración forzada, el endeudamiento y, en el peor de los casos, a las filas del crimen organizado, como alternativa extrema de supervivencia.
Pese a la gravedad de la situación, dicen los productores naranjeros, no todo está perdido en Álamo Temapache. La vida que han construido por décadas en torno a los cítricos puede reconstruirse si el gobierno escucha sus opiniones y toma decisiones con base en ellas.
En esta zona del Álamo apenas se ven unos cuantos productores, tratando de vender las pocas naranjas rescatadas de las inundaciones, antes de que la fruta ya no sirva.
Según cifras oficiales, Álamo Temapache cultivó en 2023 más de 43 mil 900 hectáreas de naranjas, para una cosecha de 700 mil toneladas. Este municipio aportó 27.5 por ciento de la producción estatal y fue el más importante en todo el país.
Gracias a él, México se posicionó quinto productor mundial de cítricos. Para dimensionar la importancia de ese cultivo, se estima que en el año mencionado generó una derrama económica de mil 719 millones de pesos.
En apenas un par de días, cuando la inundación llegó a su mayor punto,se echó a perder el trabajo de medio año de cuidado de árboles, para cuyo mantenimiento es necesario invertir al menos 30 mil pesos por hectárea, para obtener ganancias por 60 mil u 80 mil al final del ciclo.
El crimen organizado “es una puerta abierta que les ofrece una solución dizque rápida. Ahorita hay que satisfacer las necesidades básicas, y no puedes juzgar a un papá por querer llevar alimento a sus hijos. Lo ideal, lo legal, lo moral, sería buscar trabajo, pero si todas las fuentes de empleo ahorita están colapsadas”, la criminalidad se abre como una alternativa forzada.
El “efecto en cascada”, añade Pazarón, afectará a los comerciantes y, en última instancia, a la economía de todo el municipio.
Pese a la gravedad del asunto, la agricultura local Adalberta Cabrera del Ángel prefiere mantener una actitud optimista. “Hemos sobrevivido gracias a nuestro clima, nuestro trópico húmedo, y aquí siguen los cítricos. Quedan varias hectáreas y hay oportunidades para repoblar las plantaciones”, señala.
Si los naranjos han sobrevivido a plagas como la del “dragón amarillo” o el virus de la tristeza de los cítricos, puede sobreponerse también a esta crisis, pero para ello, “la palabra clave es priorizar, que haya políticas públicas del gobierno de la mano con los productores”.
En ese tono, llamó a la presidenta Claudia Sheinbaum y a la gobernadora Rocío Nahle a apoyar a los naranjeros de Álamo. “Ahora, más que nunca, necesitamos de todo el esfuerzo para rescatar lo que se pueda en la citricultura y prevenir futuras catástrofes. Con voluntad, algo tiene que haber”.