Era de esperarse que usar uno de los vestidos más icónicos de Hollywood (y de la historia en general) despertaría sentimientos encontrados… lo bueno es que Kim Kardashian está preparada para eso y más, tal y como lo demostró en la Met Gala. La socialité volvió a convertirse en el centro de todas las miradas durante el evento más esperado por los apasionados de la moda, no solo por llegar en un look de Marilyn Monroe, sino también por todo lo que hizo para que le quedara a la perfección.
La empresaria de 41 años confirmó los rumores que rondaban en Internet al partir plaza con el vestido que Marilyn usó en 1962 para cantarle Happy Birthday al presidente John F. Kennedy… un suceso que causó todo un revuelo en ese entonces.
La pieza en tono nude no dejó a nadie indiferente al tener una estructura muy entallada, tirantes, escote redondo y cristales bordados a mano, pero sobre todo por la carga e importancia histórica que implicó este look, al ser la segunda persona en usarlo después de Monroe.
«Estoy muy honrada de usar este icónico vestido que Marilyn Monroe usó en 1962 para cantarle ‘Feliz Cumpleaños’ al presidente John F. Kennedy. Es un impresionante vestido muy ceñido adornado con más de 6 mil cristales cosidos a mano por el diseñador de vestuario Jean Louis. Gracias Ripley, ¡Aunque usted no lo crea! por darme la oportunidad de estrenar esta pieza evocativa de la historia de la moda por primera vez desde que la usó Marilyn Monroe. Estaré por siempre agradecida de este momento», comentó Kim en una publicación de Instagram en la que inmortalizó este vestido.
Una reliquia en la red carpet
El vestido originalmente costó 243,527 pesos en ese entonces y fue creado con chifón del mismo color que el tono de piel de la actriz para que así fuera una pieza «que solo Marilyn Monroe podría usar».
Fue subastada por primera vez en 1999 por más de 20 millones de pesos y volvió a ser vendida en 2016 por Julien’s Auctions, alcanzando el monto de más de 80 millones de pesos. El comprador fue el famoso museo de Ripley en Orlando, Florida, quienes compartieron los detalles de la prueba de vestuario de Kim. ¿La única regla para prestárselo? Que la socialité solo podía usarlo en la alfombra roja de la Met Gala, cambiándolo por una réplica dentro del recinto.
Kim y la otra polémica del look: su dieta
Lo cierto es que el proceso para que Kim lo pudiera llevar no fue tarea fácil pues la famosa tuvo que seguir una dieta de lo más estricta para que le quedara a la perfección, pues esta pieza no puede ser modificada.
«Se tuvo mucho cuidado para preservar esta pieza de la historia de la cultura pop. Con el aporte de conservacionistas, tasadores y archivistas de prendas, la condición de la prenda fue la prioridad máxima. Aunque usted no lo crea, ¡no se hicieron modificaciones al vestido y Kim incluso se cambió a una réplica después de la alfombra roja!», se puede leer en la cuenta del museo.
La empresaria confesó que bajó más de 7 kilos en tres semanas al ver que el vestido no le quedaba, festejando en su hotel después del evento con una fiesta de pizza y donas.
«Siempre pensé que era muy curvilínea. Imaginé que era más pequeña en ciertas partes en las que ella era más grande y más grande en lugares en los que ella era más pequeña, ¡entonces cuando no me quedó quería llorar porque no se puede alterar para nada! […] No me morí de hambre pero fui muy estricta [..] Fue todo un reto. Fue como [prepararme] para un papel. Estaba determinada a entrar. No he comido carbohidratos o azúcar en 3 semanas», agregó al medio antes citado.
Y a ti, ¿qué te pareció el homenaje de Kim a Marilyn?