Aunque la imagen del Ejército Mexicano es a prueba de bombas, hoy este ha sido cuestionado por sus acciones en contra del crimen oranizado.
Hay que recordar que durante los movimientos sociales en Chiapas del EZLN varios soldados fueron acusados de abusar de mujeres indigenas.
El caso de Ayotzinapa, que desde luego es el punto más cuestionable en el que el Ejercito Mexicano ha estado involucrado, como lo señala el libro de La verdadera noche de Iguala, La historia que el gobierno trató de ocultar, de Anabel Hernández
En muchos casos el Ejército Mexicanos, a pesar de todo, se le respeta y la gente e a pie le ha celebrado cuando llega a lugares donde la violencia prevalece, y/o cuando el plan DNII se ha puesto en acción y el Ejército ha llegado a auxiliar a la población con alimentos y a salvar sus vidas.
Sin embargo, en esta administración, del presidente López Obrador, la postra para con el narcotráfico del gobierno federal ha hecho que el Ejército Mexicano haya quedado en mal ante la ciudadanía.
Hace poco fue corrido de una comunidad en Michoacán y en los videos se ve como la ¨población¨ les avienta piedras y los corretea por las calles lanzando improperios en contra de ellos. El presidente explicó que el procedimiento fue el atinado de no enfrentar a personas desarmadas y evitar una masacre.
No es la única vez que se le cuestiona al Ejército su postura, pero lo que debemos de visualizar es que el gobierno es el que marca el lineamiento de acción y este es el que en verdad está erróneo. La política en contra del narcotráfico en la actualidad es ausente y esto ha incrementado de forma considerable la violencia en todo el país, y la frase «abrazos no balazos…» sólo ha servido como marketing para el gobierno federal, no para evitar que en las carreteras del país cualquiera que viaje tenga la incertidumbre de que lo vaya a asaltar -en el mejor de los casos- y llegar con bien a sus destinos.
En resumidas cuentas, la población en general no está satisfecha con los resultados y el proceder de las fuerzas castrences de este país. Y esto ha debilitado su imagen a nivel nacional. Mucho ha pasado desapercibido durante años ante su proceder, pero esto de que el crimen organizado y los guachicoleros se burlen y reten frente a frente al ejército s le ha dolido a la población.
Y esto debe de considerarse con seriedad porque si no pone el gobierno federal atención a esto la sociedad puede sentirse más desprotegida de lo que está y podría generar un estado de ingobernabilidad, y que le gente tome por sus manos el «control de la seguridad» del país. Desde luego eso sería una catástrofe, como ya lo hemos vivido en el estado de Veracruz, donde la gente sale a las calles a tomar lo que no es suyo sin miedo a ser reprendida. Esto nadie lo desea y esperemos que el gobierno federal haga lo propio y ponga una política definida en contra del crimen organizado.