«Por años, ‘aparicionistas’ y ‘antiaparicionistas’ han debatido sobre la verdad histórica de estos hechos, han aportado argumentos y contraargumentos, presentado pruebas y descalificándolas, sin llegar a conclusiones aceptadas por todos. Mi intención no es entrar en esta discusión, sino reconstruir los hechos con base en las fuentes históricas disponibles» declara Wobeser, Gisela von, autora de la investigación presentada por la UNAM.
«El culto a la virgen de Guadalupe tiene su origen remoto en un santuario prehispánico situado en el cerro del Tepeyac, al norte de la ciudad de México, dedicado a la diosa Tonantzin. Hacia 1525, el santuario fue convertido por los frailes evangelizadores en una ermita católica, dedicada a la virgen María.
Para dar culto a ésta última, los frailes colocaron en ella una pintura de la Virgen como Inmaculada Concepción, realizada por un indio de nombre Marcos, y a la que pronto se atribuyeron poderes milagrosos.
Durante las primeras décadas la ermita fue visitada principalmente por indígenas, pero a mediados del siglo XVII, el culto a la virgen del Tepeyac se extendió a todos los grupos sociales.
Durante la segunda mitad del siglo XVI, surgió entre indígenas educados a la usanza española una leyenda que daba cuenta del origen de la ermita y de la milagrosa imagen. La leyenda conjuga las dos tradiciones que confluyen en la cultura mexicana: la española y la indígena.
Así, a la vez que se inscribe en el marianismo hispánico, fincado en el poder de las imágenes, y sigue un desarrollo narrativo parecido a las leyendas marianas españolas, contiene numerosos elementos de raigambre indígena que lo sitúan dentro de la tradición de los pueblos prehispánicos.»
Después de la conquista, este santuario consagrado a Tonantzin fue transformado por frailes franciscanos en una ermita cristiana dedicada a la virgen María. Formaba parte de la estrategia de los evangelizadores de sustituir antiguos lugares de culto por ermitas cristianas, tal como se había hecho en la Península Ibérica durante la reconquista.
«La finalidad era suplantar imágenes de dioses paganos con figuras cristianas. Este fue el origen del culto a muchas advocaciones de la Virgen y de Jesucristo que arraigaron en Nueva España y que siguen vigentes hasta la fecha, como las vírgenes de Izamal en Yucatán, de Zapopan en Jalisco, del Santo Señor de Chalma en el Estado de México y de Ocotlán en Tlaxcala, por nombrar sólo algunos».-Wobeser, Gisela von Puedes leer la investigación completa aquí:
«Mitos y realidades sobre el origen del culto a la Virgen de Guadalupe».




