En la parte central del Bolsón de Mapimí se localiza esta área que ha despertado un interés inusitado y que ha sido bautizada como Zona del Silencio. El enigmático nombre es digno corolario al sinfín de mitos que han surgido en torno al lugar.
Los radios no transmiten, las brújulas enloquecen, hay luces extrañas en la noche y cae basura espacial, como si un halo magnético la atrajera. Esto dicen que pasa en la Zona del Silencio, zona desértica que comparten los estados de Coahuila, Chihuahua y Durango.
¿Qué pasa realmente ahí?
Así inició el mito…El 2 de julio de 1970 se lanzó en Estados Unidos un misil de prueba Athena, que debía caer en Nuevo México. El misil siguió hacia el sur y cayó en una zona desértica de Chihuahua. Pronto, el gobierno estadounidense llegó a limpiar la zona. A todos les extrañó el magnetismo de la región, que hizo llegar hasta allí al misil. Nació la leyenda de la Zona del Silencio.Pero entonces, ¿qué pasa ahí?La explicación más simple: aquí hay grandes concentraciones de hierro, lo que da un gran magnetismo. Por eso las brújulas no funcionan. Pero es falso que no haya comunicaciones radiofónicas. Tienen las interferencias propias de un lugar alejado. Aunque no falta quien diga que se oyen voces extrañas entre la estática.
La Zona del Silencio comparte el paralelo 27 con el Triángulo de las Bermudas, las pirámides de Giza y las ciudades sagradas del Tíbet. Esto permite especular…
Las leyendas más habitualesDicen que una pareja viajaba en su camioneta por la zona, cuando los sorprendió una tormenta y el automóvil se atascó. Dos seres altos, con impermeables amarillos, empujaron el auto y lograron sacarlo. Al voltear para agradecer, no los encontraron. También se ha hablado del fenómeno de la luz de carro: dos luces que avanzan 50 metros detrás de uno y de pronto desaparecen. O prismas plateados, arbustos que arden y lluvias de fuego. Y que es el sitio donde cae más basura espacial, justo por el magnetismo.
Lo que sí sabemos que hayEsta zona forma parte de la Reserva de la Biósfera de Mapimí, su extensión es de más de 342 mil hectáreas y tiene gran riqueza histórica y biológica. Destacan dos especies endógenas: los nopales morados y la tortuga de Mapimí.Aquí también se han hallado fósiles de fauna y flora de mar, con una antigüedad de 70 millones de años. Pues este desierto, durante la era mesozoica,fue el mar Tetis.Los habitantes que rodean la Zona del Silencio dicen que lo más extraño son los turistas: ufólogos, astrólogos, esotéricos con ganas de historias sobrenaturales.Lo demás es charla y murmuración. Charlatanería. Dicen. ¿Será verdad?