La primavera de la Ciudad de México se ilumina con los nenúfares de Claude Monet que llegan al Museo Nacional de Arte para una exposición en la que se entabla un diálogo entre este impresionista francés y pintores mexicanos que también colocaron su foco de atención en la naturaleza.
La exposición «Monet. Luces del Impresionismo» incluye tres pinturas de Monet, dos son provenientes del Museo de Arte de Dallas y una del Museo Soumaya. Las pinturas de Dallas «Valle Buona, cerca de Bordighera» y «Nenúfares», no habían visitado antes museos mexicanos. La versión de los célebres lirios o nenúfares de Monet incluida en la muestra es la que inaugura la serie más conocida del pintor.
«Monet decía que él trabajaba la reflexión y la pintura, decía que no era un poeta, yo creo que sí lo es», dijo Ana Leticia Carpizo, subdirectora técnica del Museo Nacional de Arte.
«Retrata la naturaleza, lo cual resulta atemporal, la expresión de la naturaleza más grande que cualquier discurso del ser humano que pueda ser politizado o historicista. Está retratando la enormidad de la luz, del color, del empaste y por ello pasa horas pintando la naturaleza», agregó.
Sorprende la similitud de tono del pintor mexicano Joaquín Clausell en la pintura «La nube verde» incluida en la exhibición. Clausell, originario del estado de Campeche, en el sureste mexicano, estudió Derecho y fue un pintor autodidacta.
«Es un hombre contestatario por naturaleza», dijo Carpizo sobre Clausell. «Viaja a Francia, conoce a Monet, conoce el movimiento, ve las distintas exposiciones impresionistas y tuvo contacto con la Escuela de Barbizon y trae esta corriente a México y se desenvuelve maravillosamente en el trabajo del color, de la luz y del paisaje».
Tampoco podía faltar el gran paisajista mexicano José María Velasco, quien se especializaba en cielos amplios, cerros cautivadores y la diversidad de la flora mexicana. Velasco realizó su carrera durante el porfiriato y estudió en la Academia de San Carlos. Era un realista para quien la luz era también protagonista de sus obras.
Velasco «es un vínculo de ese momento de México y de Francia, porque fue el gran expositor en la Exposición Universal en Francia», recordó Carpizo.
Mateo Herrera, Carlos Rivera y Francisco Romano Guillemín son otros de los pintores mexicanos incluidos en la muestra inaugurada el miércoles por la noche, que permanecerá abierta al público hasta el 27 de agosto.
«Monet. Luces del Impresionismo» es una ventana para conocer la evolución del estilo de Monet (París, 1840 – Giverny, 1926). Comienza con pinturas más tendientes al realismo desde las cuales se desenvolvió con pinceladas rápidas y yuxtapuestas, colores sin mezclar para desembocar en sus famosos nenúfares.
«Monet es un artista vigente porque es un artista de ruptura, de vanguardia… Su principal preocupación es retratar el poder de la naturaleza frente al ser humano», dijo. «Es un artista muy actual que pone al alcance de nuestras manos la gran interrogante sobre la naturaleza y sobre nuestra presencia en el mundo».
Ante la devastación por el cambio climático, sólo queda imaginar lo que pensarían estos paisajistas sobre el estado actual del planeta.