Este año fue uno de los más letales para el Everest, en solo un mes, 12 personas murieron en la cima de la montaña debido al aumento en el tráfico en la cumbre, y esos alpinistas muertos pasaron a formar arte permanente del escenario, pero eso no es lo único que está pasando. El hielo de a montaña, que está cubierta de nieve todo el año, se está derritiendo a un ritmo acelerado gracias al cambio climático, revelando secretos que, hasta ahora, estaban ocultos.
De acuerdo con los reportes, el Everest está lleno de basura, el calor ha revelado toneladas, y de cuerpos sin vida de personas que hay muerto intentando llegar a uno de los puntos más altos del planeta.
No es raro ver un cuerpo en el Everest, de hecho, se dice que los alpinistas ya los usan como marcadores para ubicarse en la montaña (se oyen frases como “subimos por el hombre de las botas verdes” o “dejamos el tanque de oxígeno por el hombre de la chaqueta rioja”), pero, generalmente, la mayoría de los cuerpos se encuentra conservados por el hielo y se mantienen ocultos al resto de los escaladores gracias a una gruesa capa de nueve que evita que todos acaben traumatizados y con un ataque de pánico por tanta muerte, pero eso esté cambiando.
No es ningún secreto que esta es una de las montañas más letales del mundo y qué llegar a la cima es un desafió que no muchos logran, tampoco es un secreto que, si algo te pasa en el Everest, nadie puede ayudarte. Detenerte a ayudar a otro significa que los dos pueden morir ahí, así que desde que empiezan a subir, los alpinistas saben que podrían no volver a bajar de la montaña.
Los sherpas, los guías originarios de Nepal que suben al Everest como si se tratara de un juego de niños y son contratados como guías, están acostumbrado a ver cuerpos (uno de ellos le dijo a Vice que ha visto unos 200), pero, para alguien que sube a la montaña por primera vez, ese es un oscuro recordatorio de que está arriesgando su vida por amor a la aventura. De acuerdo con los guías, ver un cuerpo muerto puede hacer que los novatos entren en pánico por miedo a no poder ser rescatados.
¿Qué pasaría si ese recordatorio volviera a aparecer cada pocos metros?
Este año tuvimos uno de los veranos más calurosos en la historia, pero no se limitó a la ola de calor en Europa, miles de ciudades del mundo están sufriendo las consecuencias de las altas temperaturas, y lugares como el Ártico y el Everest están perdiendo toneladas hielo cada día.
En el caso del Everest, ese hielo derretido reveló una oscura realidad, la montaña está llena de basura de alpinistas que no se molestaron en bajar la envoltura de su barra de proteínas con ellos, y también de cuerpos humanos que llevaban décadas bajo la nieve.
En colaboración con VICELAND y una productora de televisión australiana, Mingma, un sherpa, subió al Everest para rescatar 52 cuerpos humanos, pero encontraron que, debido al cambio climático, el terreno se había vuelto mucho más peligroso. De acuerdo con el sherpa, ya no puedes predecir lo que va a pasar, a veces hay mucha nieve, pero a veces hay muy poca.
Esto significa que los cuerpos que habían estado desaparecidos por años están empezando a salir a la superficie, junto con latas, botellas y equipo abandonado que se convierten en obstáculos para los escaladores. Los expertos estiman que hay unos 5,000 kilos de basura solo en la base del campamento.
Un Estudio del International Center for Integrated Mountain Development (ICIMOD) encontró que las montañas y glaciares de los Himalayas se están derritiendo rápidamente y que, en los próximos años, podrían reducirse a un tercio de su tamaño original debido a las emisiones de CO2.
El calor es un gran problema y si a eso le sumas el aumento en el tráfico, el resultado es letal (este año vimos una imagen viral de unos 200 alpinistas atrapados en un “embotellamiento en la cima”). Si las cosas no cambian, subir al Everest podría convertirse en una misión suicida.
Limpiar la montaña no solo es bueno para el medioambiente, también lo es para el negocio de decenas de sherpas que viven de las expediciones y para proteger la vida de quienes tienen el objetivo de conquistar la montaña.