Una corriente arrastró a Mircea Popescu y en pocos segundos perdió la vida.
Con él se lleva un millonario secreto: las claves para acceder a una fortuna estimada de 2 mil millones de dólares en criptomonedas que podría perderse para siempre.
Popescu, uno de los mayores poseedores individuales de bitcoin en el mundo, murió nadando en Costa Rica a los 41 años en una zona marítima no apta para el baño.
De acuerdo con las autoridades locales, un ciudadano extranjero «fue arrastrado por la corriente y murió en el acto» cerca de Playa Hermosa, al noroeste del país en la mañana del 23 de junio.
Según confirmó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) el hombre fue identificado como Mircea Popescu.
«Una mujer estadounidense de apellido Wnfield que lo acompañaba se encontraba en el sitio y fue quien dio la identificación de la persona fallecida. La mujer dijo que era la acompañante de Popescu y que se encontraban de paseo en el lugar», indicó el organismo a la televisión Teletica.
Amado y odiado por igual
Conocido y respetado en el mundo de las criptomonedas, se ganó la fama de «mente brillante» entre otras cosas por haber ayudado a dar forma al libro Bitcoin Standard, considerado como la obra más importante para entender el papel de la moneda digital en la sociedad.
Él fue lo que se conoce como un «early adopter» del bitcoin, es decir, un pionero. Alguien que abrazó y promovió la tecnología detrás de las criptomonedas desde el inicio.
Al conocer su muerte diversas publicaciones especializadas lo calificaron de provocador, por el contundente lenguaje usado en su blog Trilema y sus controvertidas ideas.
Todo esto le granjeó el apodo de el padre de la «toxicidad de Bitcoin».
En su cuenta de Twitter que confirma su muerte, se define como un «filósofo del bitcoin» y a favor de los sistemas de código abierto.
«Para que cualquier parte de un gobierno discuta cualquier asunto que tenga que ver con bitcoin, ese gobierno tendrá que reconocerlo primero«, escribió una vez.
¿Qué pasará con sus bitcoin?
Si el espíritu del bitcoin es transferir valor a través del tiempo y el espacio, el millonario no lo conseguirá.
Porque la gran duda que surge ahora es qué pasará con sus bitcoin tras su muerte y si alguna persona está autorizada a acceder a sus activos digitales, lo que deja por el momento toda la fortuna en el limbo.
Si resulta que nadie más tiene las claves y contraseñas para acceder a la billetera criptográfica que guarda los tokens, podrían perderse.
Y la cantidad no es precisamente pequeña. Se cree que Popescu era propietario de hasta 1 millón de bitcoins, lo que se llama en el mundo cripto una ballena.
Esta cifra colocaría el valor de su fortuna en unos 2 mil millones de dólares a precios de abril, cuando el bitcoin alcanzó un máximo histórico al superar la barrera de los 64 mil dólares.
Si hubiera decidido venderlos en un mismo bloque «eso tendría un efecto lo suficientemente grande como para mover el precio de Bitcoin«, estima la publicación Nasdaq.com.
Algo que el mismo Popescu había prometido hacer si el tamaño de los bloques del bitcoin pasaba de 1 MB a 2 MB.
De cumplirlo, habría provocado una caída en el precio de la moneda digital.
Alexander Marder, analista de investigación de Crypto Briefing, afirmó en Twitter que sus monedas digitales pueden perderse para siempre, junto con las de John McAfee, el pionero del software antivirus, que se suicidó en una cárcel española el pasado junio.