Mientras turistas disfrutan en el Paseo del Viejo Oeste del show que, en forma de parodia, narra la historia de los Apaches contra los Vaqueros americanos, una mujer de la tercera edad pasa entre los asientos para ofrecer en un tono de voz bajo, con la intención de no interrumpir el espectáculo, tacos de alacrán. «Estamos allá entre el ‘Bank’ y la cantina».
Al elegir el restaurante no imaginaría que visitaría el único comercio del Viejo Oeste que vende tacos de alacrán, además de tratarse de un platillo gourmet, preparados por un chef que trabajó en un restaurante con tres estrellas Michelín. El local es pequeño y lo primero que llama la atención es el letrero «Tacos de Alacrán».
Al ordenar, Martha Mercado pregunta con o sin salsa; resultó un completo acierto pedirlo con, pues se trata de una receta única de chapulines. En la entrada de «Panadería y Charcutería» El Álamo, hay una vitrina que muestra gran variedad de pan dulce y salado, pero no es necesario verlo para reconocer su presencia.
Mientras se está a la espera del platillo, uno huele el pan recién salido del horno de adobe, por lo que es imposible no pedir una ciabatta rellena. No hay una puerta que divida el comedor de la cocina. Al entrar, enseguida a la izquierda hay un contenedor con varios animales que son la proteína principal del taco: los alacranes.
Hay de diferentes tamaños y se encuentran en una pecera adecuada como una zona desértica con grandes piedras, un tronco y un chapulín. Ver a los alacranes más grandes y negros emociona e intimida, incluso hacen dudar sobre esta nueva experiencia culinaria, pero los olores del cilantro y otras especies son garantía. El plato con el taco llega a la mesa y destaca el animal con sus pinzas sobre una salsa granulada color vino, un verde sobresaliente del cilantro frito, cebolla asada, carne blanda y la tortilla. ¡Qué deleite para el paladar! La combinación de sabores y texturas en una explosión para el sentido del gusto, en especial la salsa de chapulines.