Un equipo internacional, en colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se embarcará en una misión fascinante: explorar las entrañas de la pirámide de Kukulcán en la zona arqueológica de Chichén Itzá, Yucatán. Esta iniciativa, respaldada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), cuenta con el financiamiento tanto de la UNAM como de la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.
El proyecto, denominado NAUM (Muografía para usos Arqueológicos No Invasiva), tiene como objetivo principal obtener una «radiografía» de la icónica pirámide utilizando detectores de rayos cósmicos. El propósito es verificar la existencia de posibles cámaras ocultas en la segunda subestructura del monumento, que se encuentra debajo del edificio principal conocido como El Castillo.
El proceso implica el uso de rayos cósmicos, compuestos en su mayoría por núcleos de hidrógeno, que al interactuar con la atmósfera terrestre generan otras partículas, incluyendo los muones. Estas partículas son fundamentales para la técnica de muografía, ya que pueden penetrar la estructura de la pirámide y ser detectadas por un dispositivo especial.
El detector utilizado en el proyecto está diseñado con plástico centellador, que emite una señal de luz cada vez que un muon lo atraviesa. Estas señales se digitalizan y se envían a una computadora para su análisis posterior. La disposición del detector en tres planos triangulares permite una mayor resolución espacial, lo que facilita la detección de posibles irregularidades en la estructura de la pirámide.
El equipo de investigación, liderado por científicos de la UNAM y la Universidad Estatal de Chicago, ha realizado múltiples visitas a Chichén Itzá para preparar el terreno y realizar pruebas preliminares. Se espera que el proceso de «radiografía» de El Castillo tarde aproximadamente seis meses en completarse una vez que el detector esté en funcionamiento.
La colaboración entre instituciones mexicanas y extranjeras es fundamental para el éxito de este proyecto, que representa un emocionante avance en la exploración no invasiva de sitios arqueológicos de gran importancia histórica y cultural. Con tecnología de vanguardia y un enfoque multidisciplinario, los investigadores están listos para desentrañar los misterios que yacen ocultos bajo las piedras milenarias de Chichén Itzá.