-Esperan llegar a 80 mil turistas
Ángeles González Ceballos
Xalapa, Ver
Como parte de los festejos a Santa María Magdalena, que se llevan a cabo del 18 al 23 de este mes, en Xico, este viernes se soltaron 18 toros de lidia para celebrar la tradicional capea también conocida como Xiqueñada en este municipio.
Hace 45 años que se acogió esta tradición del estado de Tlaxcala, ya que una de las familias de la calle principal trajo vaquillas para torearlas en la vía pública.
«Fue de las primeras capeas y hoy, a 45 años se sigue conservando la tradición. Dos años de pandemia estuvieron suspendidas, pero hoy se reactiva y con ello la economía de Xico también», subrayó Gabriela Roldán Méndez, presidente de Tauromaquia Mexicana, capítulo Veracruz.
Durante los festejos religiosos que congregan a cientos y cientos de turistas de diversos municipios y hasta de otros estados, hace que haya una buena afluencia en restaurantes y negocios.
La representante de Tauromaquia Mexicana resaltó que Xico vive del turismo y cada día hay más lugares que visitar.
«Yo tengo, por ejemplo, invitados de México y de Tlaxcala, pero hay de Puebla, Ciudad de México, Teziutlán, de la región, Coatepec, Teocelo, Xalapa», enfatizó.
Una forma de cuidar a los animales durante esta fiesta, es no exceder el límite de tiempo en el corral ni en el pavimento.
En entrevista, Rafael Guevara Mávil, parte integrante de la organización de la xiqueñada, detalló que se soltarían 18 toros, seis por cada encierro.
Destacó que los toros son rentados y vienen desde Michoacán y añadió que máximo podrían estar una hora o hora y media, a partir de las 12 del día.
Expuso que sí se cobran las gradas, pero también los dueños de las casas por donde se hace la suelta, hacen un cobro independiente.
Los toros apenas llegaron la madrugada de este viernes desde Michoacán, aunque no llegaron directamente desde allá, antes tuvieron un descanso para continuar su traslado.
Por su parte, Miguel Ángel Izaguirre Olivares, integrante del Comité PROTORO (Protección al Toro), destacó que su labor consiste en estar en la calle con capotes para que los visitantes se sientan seguros y en caso de haber algún herido se le pueda hacer el quite.
Al mismo tiempo tratan de que la gente no maltrate al toro «como a una mujer, ni pegarle con el pétalo de una rosa».
«El toro es primero, vamos a cuidarlo, prácticamente como a una mujer, ni pegarle con el pétalo de una rosa. Gracias al toro es la fiesta y al toro le debemos respeto.
Si queremos meternos a torear podemos meternos a cuerpo limpio, podemos meternos a capote, siempre y cuando llenemos un registro, nos van a dar una insignia con nombre, dirección, teléfono de algún familiar, tipo de sangre y si eres alérgico a algún medicamento», destacó.
Izaguirre Olivares definió que las capeas se diseñaron en tramos cortos para que el toro no se cansara tanto, ya que anteriormente los recorridos eran muy largos.
Comentó que esperan que este primer año después de la pandemia, puedan superar los 80 mil turistas, porque mucha gente del pueblo invirtió en la colocación de gradas, de la bebida tradicional llamada mora, prepararon mole, entre otros, para poder sacarle provecho.