Perder a una hija, a una madre, a un familiar víctima de desaparición por parte de la delincuencia, es un dolor que nunca termina, expresó la señora Graciela Hernández, madre de la joven Sandra Jeniffer Giraldi Hernández, desaparecida en 2012.
«No sólo es el cumpleaños de mi hija, es la Navidad, es mi cumpleaños, la familia completa, fechas muy nombradas, es un dolor que nunca termina, es un dolor que está vivo y que siempre falta alguien, nunca será la felicidad completa», expresó.
La madre de Jeniffer expuso que tras la manifestación que se llevó a cabo frente a la delegación de la Fiscalía General de la República, tras haber presentado a José Antonio «N», sigue esperando justicia, porque no sabe cuál es el estatus del acusado.
«Está en un proceso, cuando esta persona desaparece a mi hija el 14 de septiembre de 2012, él también se fue, entonces son 9 años de caminar, de guerrear, de exigir, de tocar puertas, de alzar la voz, la foto de mi hija, de gritar que quiero justicia», manifestó.
Su único reclamo es que le entreguen a su hija, como sea que esté, lo quiere es saber dónde está y para ello confía en las autoridades y en Dios.
Al marchar este 8 de marzo, sostuvo que lo hizo para exigir respeto ante la sociedad, porque son muchas mujeres en el país y en el mundo que han desaparecido y han sido violentadas.
Por su parte, la señora Victoria Delgadillo, integrante del colección Familiares Enlaces Xalapa, resaltó que la exigencia es que haya justicia para todas aquellas que han sido violentadas y que les han sido violentados sus derechos humanos.
«Seguiremos exigiendo que se haga justicia para todas las desaparecidas, seguiremos luchando por todos los desaparecidos porque son muchísimos», señaló.
La activista afirmó que el dolor que una madre siente no permitirá que se detengan, eso será el impulso para continuar buscando a sus hijos, a sus familiares.
«Los delincuentes no se detienen para seguir desapareciendo y por qué nosotras las madres nos vamos a detener», cuestionó.