Un estudio del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos realizado con pacientes hospitalizados con covid-19 revela que mantener una actividad física regular aumenta hasta en ocho veces las posibilidades de supervivencia en estos pacientes.
Este trabajo, publicado en la revista americana Infectious Diseases and Therapy, se ha llevado a cabo en 520 pacientes de entre 18 y 70 años de edad que tuvieron que ser hospitalizados por coronavirus en este hospital de la Comunidad de Madrid durante la primera ola de la pandemia, entre el 15 de febrero y el 15 de abril de 2020.
La metodología del estudio
Los datos fueron recogidos a través de encuestas telefónicas a los pacientes o a sus familiares más allegados para evaluar su condición física conforme a la escala RAPA (Rapid Assessment of Physical Activity Scale) de la Universidad de Washington, que mide la intensidad aeróbica del ejercicio físico, así como la fortaleza muscular y la flexibilidad, entre otros parámetros.
Los pacientes fueron divididos en dos grupos, por un lado, el de las personas que llevaban una vida sedentaria (57,1%) y, por el otro, el de las que realizaban ejercicio de manera regular dos días a la semana con una duración de al menos treinta minutos al día (42,9%). El objetivo fue el de analizar retrospectivamente la influencia que el nivel de actividad física podía tener en la evolución de la enfermedad durante la infección por covid-19.
Hacer ejercicio físico, esencial para la salud
Los resultados del estudio demostraron que el grupo que mantenía una actividad física constante, ligera o moderada, presentaba un riesgo de mortalidad del 1,8% frente al 13,8% del grupo con un estilo de vida sedentario. Así pues, los resultados fueron determinantes: las personas que hacen ejercicio físico regularmente tienen hasta ocho veces más de probabilidades de supervivencia que las sedentarias.
Tal como afirma el director del instituto cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Julián Pérez-Villacastín, hasta ahora “era conocido que mantener una actividad física mejora los factores habituales de riesgo cardiovascular, pero ahora hemos podido comprobar en pacientes hospitalizados con covid-19 la trascendental influencia de esta práctica en la supervivencia o mortalidad de estos pacientes”.
La investigación muestra que, entre el grupo de las personas con un estilo de vida sedentario, y comparado con el grupo más activo, había un mayor porcentaje de fumadores y de obesos, 6,7% frente a 3,6%. También se observó en las personas sedentarias una mayor tasa de insuficiencia respiratoria (53,9% contra 35,9%), mayor insuficiencia renal (14,5% por 6,3%) y estancia hospitalaria.
“Se recomendaba controlar los factores de riesgo y realizar ejercicio físico, pero sin mucha evidencia científica; sin embargo, a partir de ahora realizar ejercicio físico de forma regular se convierte en un factor primordial ya que reduce ocho veces la posibilidad de fallecer por covid-19 cuando la persona precisa ingreso hospitalario”, ha concluido Pérez-Villacastín.