Pese a que la parosmia es una de las secuelas de covid-19, no hay un tratamiento médico específico ni cura para la alteración del olfato y del gusto. Los médicos solo recomiendan esperar a que los sentidos se restituyan.
A Daniela le gustaba el olor a pino, pero ahora lo detesta. Siente que el pollo huele a podrido aunque esté en perfectas condiciones. El olor le resulta tan intenso que prefiere ya no comerlo.
La joven de 29 años perdió el gusto y el olfato el 17 de julio, tres días después de recibir el diagnóstico positivo a covid-19.
Aunque ya está libre del virus, ella tiene parosmia, enfermedad que distorsiona los sentidos del olfato y gusto y que es una de las secuelas de covid.
“Cada vez identifico más sabores y olores. La verdad ya ni me doy cuenta de qué me sabe y qué no”, explica en entrevista con Chilango.
Pese a la mejoría en sus sentidos, Daniela desconoce cuándo regresarán a la normalidad.
Hasta ahora ha consultado a tres especialistas, incluido un neumólogo, pero ellos tampoco conocen la respuesta.
Parosmia: otra de las secuelas de covid-19
En marzo de 2020, cuando inició la pandemia en México, supimos que este tipo de coronavirus provoca síntomas similares a una gripe durante 15 días y que los malestares desaparecen, poco a poco, en la mayoría de casos.
Año y medio después sabemos que la enfermedad es más compleja y hay pacientes que llevan meses con secuelas de covid, aunque ya no están enfermos.
¿Por qué covid-19 afecta los sentidos del gusto y el olfato?
La doctora Rosa María Wong Chew, jefa de la Subdivisión de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina de la UNAM, explica que estos dos sentidos también se pueden perder por enfermedades como rinitis alérgica, infecciones virales o por cualquier inflamación que afecte la mucosa de la nariz.
“Lo que se ha visto es que aparentemente afectan células nerviosas que se encuentran en la nariz y esto se asocia también al gusto”, señala.
Además de la hiposmia (falta parcial del olfato) y anosmia (falta total de este sentido), también hay pacientes que han presentado parosmia, es decir, alteración del sentido del olfato.
Aunque ya no estén enfermos y su prueba resulte negativa a covid-19, estos padecimientos pueden persistir.
“El virus se pega al receptor de la enzima convertidora ECA2. Este receptor lo tenemos en muchas células. Entonces el virus entra a las células y puede causar inflamación, ahí es donde puede haber manifestaciones, no solamente pérdida del olfato y del gusto, sino una infección respiratoria.
“La misma infección puede provocar la inflamación de la mucosa nasal y esto ocasiona falta de olfato transitoria. Una vez que se quita la inflamación, recuperan poco a poco el olfato”, detalla.
Wong Chew asegura que, aunque es muy variable, una de cada cinco personas recupera estos sentidos en una semana; sin embargo, hay quienes tardan un mes, mientras que otros pueden demorarse varios meses en recuperar el gusto y el olfato.
“Hay personas que no lo recuperan del todo. No sabemos cuánto tiempo pudiera llegar a durar este efecto de covid”, afirma.
Por lo menos, hasta ahora se ha detectado que estas secuelas de covid-19 se presentan principalmente en adultos, quienes deben ir con un otorrinolaringólogo.
Sin embargo, la doctora Wong Chew recalca que aún hay mucho desconocimiento sobre covid-19, como el tiempo que duran las alteraciones en el olfato.
Además, no hay un tratamiento específico ni cura para estas alteraciones. Lo que se recomienda es esperar a que los sentidos se restituyan, explica.
Tras recuperarse de covid-19, Daniela consultó a un neumólogo y a un internista sobre la parosmia. Incluso preguntó a su ginecóloga sobre los síntomas.
Los tres médicos le explicaron que no puede hacer nada más que esperar.
Tras investigar sobre la enfermedad en internet, encontró que hay terapias para disminuir los síntomas; sin embargo, sus médicos no le han dicho nada.
“Lo más difícil es emocional o mentalmente. Es triste que la comida no huela ni sepa. También hay riesgos, porque no sabes si lo que comes huele o sabe mal porque está echado a perder”.
Además, dice, es riesgoso. “Si vives solo, no puedas darte cuenta si algo huele a quemado o a gas”, explica Daniela.
Debido a la falta de tratamiento para la parosmia, hay pacientes que han optado por crear grupos en redes sociales.
En espacios sobre parosmia en Facebook, las personas cuentan su experiencia con la enfermedad y publican las terapias olfativas que realizan.
También dan consejos y brindan apoyo, ya que, dicen, no es una situación que pueda llevarse fácilmente.
“(La parosmia) Me ha afectado emocionalmente. Todos dicen que hay que tener paciencia, pero en realidad no sabes en qué momento todo volverá a ser normal. A veces siento como si fuera exagerada o que nadie entiende, pero realmente me cansa que mis sentidos no funcionan bien y los doctores dicen que no saben”, concluye Daniela.