Ángeles González Ceballos
Xalapa, Ver
La pandemia ni el cambio de semáforo epidemiológico de Xalapa impidió que este martes 8 de marzo se llevara a cabo la marcha conmemorativa por el Día Internacional de la Mujer, en la que, a diferencia del año pasado y quizá del antepasado, se registró una asistencia muy nutrida de mujeres, adolescentes, niñas y hasta de bebés en brazos para exigir justicia.
«El Estado opresor es un macho violador… somos malas, podemos ser peores… !no que no, si que sí, ya volvimos a salir…al que no le guste, ¡se jode, se jode!, señor, señora no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente», fueron algunas de las consignas que se escucharon a lo largo de más de horas y media.
Este año Las Morras Organizadas llevaron un contingente con batucada que realzó el ánimo a lo largo de la marcha.
La exigencia fue clara: exigir justicia por aquellas mujeres y niñas que han sido asesinadas, violentadas, agredidas de manera sexual, psicológica, económica, entre otras porque el Estado Mexicano sigue quedando a deber, sigue sin aplicar la ley y prevalece un alto índice de impunidad en los casos de feminicidios o de mujeres desaparecidas.
La marcha partió poco antes de las 14:00 horas de la explanada del Teatro del Estado en esta capital, avanzó a lo largo de la avenida Manuel Ávila Camacho, en donde se hizo una parada en el monumento a La Madre, en donde algunas de las integrantes realizaron iconoclasia, que trató de ser impedida por los cientos de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública que año con año hacen presencia para presuntamente resguardar la seguridad e integridad de los bienes inmuebles.
No pasó a mayores, se dieron algunos empujones, pero no hubo agresiones, en el lugar.
Al llegar al Viaducto, nuevamente volvieron a realizar pintas sobre el mural «Históricas», que crearon estudiantes de varias facultades de la Universidad Veracruzana y de colectivas.
Al avanzar por la calle Zaragoza, las mujeres se detuvieron frente a la Iglesia de El Beaterio, donde golpearon y pintaron las puertas y paredes, pero tras intentar abrir a patadas y con martillos alguien desde el interior les lanzaron una especie de gas o liberaron algún extintor, no se trató de gas pimienta, pero al final afectó a una de las participantes, quien debido a su padecimiento de asma, tuvo que ser atendida en el lugar.
Finalmente, al concentrarse en la plaza Lerdo, quemaron algunas cosas en la calle Enríquez sin que se registraran mayores disturbios entre los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y las morras.
No se tiene una cifra exacta de cuántas habrían participado, pero muy seguramente se logró rebasar la cifra de 2 mil asistentes de madres, hermanas, tías, abuelas, que levantaron la voz para que Veracruz deje de ser uno de los primeros lugares a nivel nacional por el alto número de agresiones contra ellas.