-Cientos marchan para exigir justicia por Juana
Ángeles González Ceballos
Xalapa, Ver.
Este domingo cientos de mujeres, jóvenes, niñas y niños, marcharon por las calles de Xalapa para exigir justicia por el feminicidio de Juana Ovando de los Santos, joven de apenas 21 años de edad, asesinada presuntamente por su vecino Serge «N», el pasado 20 de abril.
«No estoy a mi en mi casa, no estoy a salvo en la calle, no estoy a salvo a ningún lado. Mi hija no está a salvo», fueron algunas de las duras palabras que este día se escucharon de sus amigas, de sus compas, de las madres, las tías, las hermanas, que acompañaron para exigir justicia.
Hoy a diferencia de otras marchas, se sintió más la tristeza porque Juana era una de la miles de mexicanas que protestaba los 8 de marzo para exigir justicia, para exigir que se detengan los feminicidios, las violencias contra las mujeres.
Hoy muchas lloraron, hoy hubo muchos mensajes para ella, para las madres que han perdido a sus hijas y que forman parte de algún colectivo, hoy se guardó silencio frente al monumento a La Madre, hoy no hubo iconoclasia, hoy no hubo elementos de Seguridad Pública, fue una marcha pacífica, pero muy significativa.
«Nos están quitando amigas, nos están quitando a hermanas y el pinche gobierno que nos sirve para pura madre, no hace nada, no reacciona, ni siquiera hace caso a los llamados que les hacemos día con día todas.
Les han quitado a sus hijas a demasiados padres, a demasiadas madres. Nos van dejando de lado como si no fuéramos nada, cuando nosotras somos el sostén de todo ¿y que hacen?, nos matan, nos violan, nos acosan y nuestras marchas son para decirnos que estamos locas, que somos bandalas, que destruimos la ciudad», expresó una amiga de Juana.
Su prima Zenaida dijo que Juana como muchas de las mujeres presentes salen de sus pueblos para perseguir sus sueños, sus ilusiones, para salir adelante.
«Todos los días, estoy segura de que todas las que estamos aquí nos preparamos mentalmente para llegar a nuestro destino vivas, seguras, ya estamos hartas de pensar en mandar la ubicación, si voy a regresar viva, si mi mamá está tranquila.
Hoy Juana no está, pero vamos agarrar todo ese coraje que tenemos para pedir justicia, porque Juana no murió a Juana la mataron, Juan está viva en nuestros corazones, Juana hace unos meses estaba gritando por nosotras. Hoy vamos a gritar por ella: Juana no murió, su vecino la mató», repitieron y gritaron luego de hacer un pase de lista por todas las ausentes.
A nombre de su novio, Alberto Alejandro Álvarez, una de las compas leyó un poema que él le dedicó, fueron palabras de agradecimiento también por quererlo a él y a su hijo.
«Nocturno a Juanita. Todos les decían Juanita, pero se llamaba Juana, una linda muchachita, era joven y activista, tenía metas definidas, sueños e ilusiones, tenía esperanza y fe.
En la tierra fue un ángel que le sirvió a la gente, hizo obras muy bonitas en torno a la juventud, jovencita de familia, siempre fiel a sus anhelos, amó con todo a mi hijo y siempre lo adoró.
Logró todo lo que se propuso y luchó con pasión, fue un orgullo de Agua Dulce aunque muy poco vivió, alguien le quitó la vida y trunco todos sus sueños, este cruel feminicida sé que vivirá un infierno.
A la justicia le pido que no lo dejen salir, que cumpla su condena para que sienta el sufrir.
A Dios le pido que cuide a mi Juanita querida, siempre la amará mi hijo, siempre por toda la vida», dieron lectura.
Sus compas más cercanas lloraron y gritaron para decir que se buscan entre todas ellas, pero no se hayan.
«Maldita sea la policía, saben dónde estamos. Ahorita estaban preguntando nuestros nombres: a ver quién es la de la gorra, a ver quién es la del pañuelo, ¡carajo! busquen a las que no están aqui, a las que nos faltan.
Esto es insostenible para todas. Ver todos los boletines, las historias de cada una. Yo sé que cada una tiene una historia y yo quisiera, todas quisiéramos hacer algo más y no sabemos qué más hacer y lo único que nos queda es hacer red, lo único que nos queda es cuidarnos entre nosotras», expresó una de sus amigas.