En el corazón del Centro Histórico de Veracruz, en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, se guarda un fragmento de madera quemada que representa el último vestigio de la antigua ‘Veracruz de Tablas’. Este trozo de madera se exhibe en una vitrina entre los sólidos muros de piedra de la iglesia, situada en la avenida Independencia.
Según Miguel Salvador Rodríguez Azueta, escritor y presidente de la fundación de la crónica de la ciudad de Veracruz, este tablón forma parte de los restos de la estructura original del templo. Durante la remodelación del emblemático edificio entre 2011 y 2014, se hizo este descubrimiento significativo.
Rodríguez Azueta destaca que esta reliquia nos transporta a los tiempos en que la ciudad era conocida como «Veracruz de las tablas». En el siglo XVII, Veracruz fue trasladada a su ubicación actual frente al islote de San Juan de Ulúa, y se inició la construcción de diversos edificios. En aquel entonces, estos edificios se construían principalmente con tablas, pero debido a los incendios recurrentes, se optó por utilizar coral, conocido erróneamente como «piedramuca».
La catedral, erigida en el siglo XVII, preserva los vestigios de esta transición en su estructura. Durante las remodelaciones realizadas entre 2011 y 2015, se descubrió este fragmento de madera quemada, que se cree que pertenece a esa época histórica. Además, se encontraron nichos que habían sido cubiertos y olvidados a lo largo de los años.
Aunque no hay documentos que autentiquen su origen, este hallazgo ha despertado gran interés entre investigadores y visitantes. Ahora, se puede apreciar a través de un cristal que lo mantiene intacto. Durante un período aproximado de cien años, entre los años 1600 y 1700, la ciudad de Veracruz experimentó una transformación significativa. El ataque pirata a Veracruz en 1683 también influyó en la evolución de la ciudad. El proceso de transición de la «ciudad de tablas» a la «ciudad de coral» dejó una huella indeleble en la historia de Veracruz.
El descubrimiento de este fragmento de madera en la Catedral de Veracruz nos brinda una mirada fascinante a la historia de la ciudad y su evolución arquitectónica. Al preservar y estudiar estos vestigios, se fortalece el vínculo entre el pasado y el presente de Veracruz.