Ciudad de México. Hay bandas que marcan un antes y un después en la historia del rock mexicano y Caifanes es una de ellas. La mítica agrupación ofreció su música para desatar la nostalgia y la admiración de un público donde la diversidad era la seña distintiva.
Así, chavorrucos y generaciones más jóvenes se dieron cita en el coloso de Reforma para dejarse seducir por la música y líricas de Saúl Hernández, Alfonso André, Diego Herrera, Rodrigo Baills y Marco Rentería.
Con No dejes que, la banda liderada por Saúl Hernández dio inicio a la travesía musical por sus más grandes éxitos para luego dar paso a Viento, que arrancó la primera gran ovación del público que asistió a la velada, y donde el baterista Alfonso André complementó los coros y donde el tecladista Diego Herrera deleitó al respetable con un solo de saxofón que emocionó a los asistentes. Para que no digas que no pienso en ti y sus ritmos cercanos al ska hicieron que los asistentes bailaran en sus lugares.
“Gracias por mantener este sueño vivo”
Tras el primer bloque, el vocalista agradeció al público su asistencia y pidió un aplauso porque “Caifanes es su público y no solo los miembros de la banda”, dando paso a Miedo y Nubes, la cual incluyó la participación de una sección de instrumentos de viento. Detrás de ti y Debajo de tu piel mantuvieron levantado de sus asientos al público, que coreó cada estrofa de las canciones.
Sombras en tiempos perdidos fue la primera melodía con la que el público pudo tomar una pausa ante el derroche de energía de la banda; con sus ritmos más calmados, algunos volvieron a sentarse en sus lugares y acompañaron los coros de la canción, donde de nueva cuenta, Diego Herrera hizo gala de su maestría con el saxofón y deleitó al público con otra interpretación del instrumento.
Canción sin miedo
Saúl Hernández tomó el micrófono en un momento del concierto para expresar que, como grupo, tenían la responsabilidad de alzar la voz y exigir un alto a la violencia contra las mujeres en México y así, dar paso a que sonara Canción sin miedo, de Vivir Quintana, convertida en himno feminista en las protestas de las mujeres en todo el país. Tras esto, el vocalista volvió a tomar el micrófono para explicar la historia de Inés, uno de sus últimos sencillos, donde hacen hincapié en el cuidado de la salud mental y también el papel del Estado en el descuido de las y los jóvenes, donde el protagonista a nivel de instrumentos volvió a ser el saxofón de Diego Herrera.
Además, las infancias tuvieron su momento en el concierto, cuando Saúl Hernández dedicó a los más pequeños asistentes Ayer me dijo un ave, reconociendo sus ilusiones e imaginación, y pidiendo a todos cuidar de ellos.
Jaguares, presente
No podía faltar en el recital la música de Jaguares, la formación encabezada por Saúl Hernández tras la separación de Caifanes en 1995 y así se hicieron presentes Así como tú y Detrás de los cerros, dando paso a El Elefante, de su mítico álbum El Diablito, y dónde predominaron los sonidos distorsionados de las guitarras y una batería poderosa, así como el acompañamiento de los instrumentos de viento habían estado presentes en melodías anteriores.
Cuéntame tu vida volvió a levantar al público de sus butacas y a corear la letra de la canción. Pero sería en definitiva con Mátenme porque me muero que al público y la banda llegaron al momento cumbre de la noche, con los asistentes emocionados desde los primeros acordes del teclado que hacían presagiar la apoteósis, con la banda visiblemente emocionada y entregada al cariño expresado por sus fans, que de principio a fin corearon la canción.
Ya con el ambiente a tope, la banda deleitó al público con De noche todos los gatos son pardos y Perdí mi ojo de venado, donde el Alfonso André tuvo su momento protagónico al improvisar desde la batería un solo que fue ovacionado y aplaudido por igual. El cierre lo protagonizó Afuera, en una una nueva versión más rockera pero que en su parte final recuperó el mítico solo de guitarra de Alejandro Marcovich, antiguo miembro del grupo. El público no volvió a fallar y se entregó totalmente a corear la letra y dar una estruendosa ovación al grupo, que así se retiraba del escenario.
Antes de que nos olviden
La retirada fue temporal, ya que el público siguió ovacionado a la banda y al grito de “otra, otra”, el tecladista y saxofonista Diego Herrera salió de nueva cuenta al escenario para hacer que el público cantara las primeras estrofas del Himno Nacional a ritmo de saxofón y así, dar pie al encore, que abrieron con Antes de que nos olviden, tema que dedicaron a los estudiantes caídos en 1968 y a los periodistas asesinados en el país, a través de la proyección de imágenes del movimiento estudiantil y de los rostros de los comunicadores, entre ellos los corresponsales de La Jornada, Miroslava Breach y Javier Valdez.
El Divo de Juárez, Juan Gabriel, recibió un merecido homenaje cuando interpretaron Te lo pido por favor, cuyo cover fue el sencillo con el que Saúl Hernández presentó su proyecto Jaguares. Otro tema de culto, La célula que explota, marcó el momento catártico del encore, donde los asistentes, varios con lágrimas en los ojos, hicieron vibrar al recinto de Reforma.
En una fiesta que parecía inacabable, el grupo transformó el Auditorio Nacional en una gigantesca pista de baile con La negra Tomasa, cerrando así una noche redonda, con un público totalmente entregado a sus ídolos.