La AMIS calcula que el monto promedio por gastos hospitalarios reclamado por los asegurados que enfermaron de coronavirus en el último mes es de 389,851 pesos.
El día en que no murió nadie muchas instituciones perdieron su razón de ser. Ese día, que el escritor José Saramago imagina en su libro ‘Las intermitencias de la muerte’, dejó de tener sentido la existencia de funerarias, de iglesias prometiendo la resurrección y de aseguradoras, que hasta entonces habían logrado la venta de sus pólizas de gastos médicos y de vida como una especie de salvavidas al que las personas se podían aferrar cuando caían enfermos.
El día en que se registró la primera muerte por la mutación de un virus en China, que luego se expandió al resto del mundo, esas mismas industrias, la de los funerales, la iglesia y las aseguradoras, empezaron a cobrar más sentido que nunca: en Italia y Ecuador algunas agencias funerarias empezaron a verse desbordadas con la cantidad de fallecimientos diarios registrados por COVID-19. En México y en China, miles de televidentes cambiaron su gusto por la información noticiosa y los dramas televisivos por el contenido religioso, en busca de un escape a la sobrecarga de información sobre el virus. Alrededor del mundo las empresas aseguradoras vieron incrementos inusuales en los reclamos de pagos por gastos hospitalarios.
En México, entre el 6 de abril y el 4 de mayo, estos reclamos acumulan un monto de 273.2 millones de pesos. En este periodo, 701 personas que dieron positivo a la prueba de COVID-19 y que contaban con una póliza de gastos médicos mayores echaron mano de ella para acceder a la atención hospitalaria privada.
Entre todos las reclamaciones de reembolso presentadas en el periodo, la más alta es una por 14.4 millones de pesos.
Belmar dijo que las empresas aseguradoras cuentan con la liquidez suficiente para hacer frente a estos pagos. “Tenemos 3.1 veces el capital para responder a los pagos”, precisó.
El 89% de las reclamaciones de reembolso y los pagos hechos por gastos hospitalarios se concentran en nueve entidades: Ciudad de México (362 casos), Estado de México (59), Puebla (42), Baja California Norte (40), Nuevo León (35), Chihuahua (29), Sinaloa (26), Quintana Roo (16) y Jalisco (13).
La mayoría de ellas, seis de cada 10, fueron hechas por personas de entre 30 y 59 años.
FUENTE EXPANSIÓN