Ángeles González Ceballos
Xalapa, Ver
Monseñor José Rafael Palma Capetillo, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Xalapa, recordó que estuvo entre los vivos hace más de 100 años, pero su arrasador ejemplo sigue resonando vivamente en los corazones de los creyentes.
«Muchos dicen: amo a San Rafael, aunque no lo conocieron cara a cata porque su testimonio es ratificado por Jesús a cada momento.
Otros dicen: voy a pedirle a San Rafael que me ayude y se nota que están convencidos que Dios los escucha y les concede lo que piden con fe y por la intercesión de un santo y celebre pastor que pasó entre nosotros haciendo el bien», indicó.
Durante la homilía de este domingo subrayó que celebrar a San Rafael no es una festividad cualquiera, sino la fiesta de la Arquidiócesis, de la familia de Dios que peregrina en estas tierras veracruzanas y que conmemora con gozo y gratitud la enseñanza, el ejemplo y la fidelidad de un pastor insigne que transparentó la imagen de Cristo.
Asimismo, aseveró que a San Rafael se le recuerda como un santo alegre, que saboreó la música y el canto, que gozó de las aventuras que iban surgiendo en su vida cotidiana, que supo mantener un espíritu misionero pregonando en todas partes el amor de Dios.
En ese sentido, aseveró que sin perder su alegría interior cargó una cruz muy pesada, sobre todo en los momentos de persecución ante las presiones e injusticias que soportó en el nombre de Jesús.
Palma Capetillo enfatizó que San Rafael es un bienaventurado y supo encontrar siempre su consuelo en Dios, sólo en Dios.
«San Rafael fue un hombre de oración, cumplió fielmente la encomienda de todo discípulo y servidor de Cristo de orar por su pueblo, al enseñarlos la confianza en Dios en todo momento, el significado del silencio lleno de Dios para aceptar fiel y dócilmente su voluntad y la especial y notable devoción de San Rafael a nuestra señora de la Esperanza.
Como profeta de Cristo denunció con valentía y con fortaleza, pero realizó con grande entrega su compromiso de ser maestro de oración y de esperanza al poner todo lo que comenzaba en las manos de Dios», resaltó.
El Obispo de Xalapa comentó que los restos de San Rafael descansan en el pórtico desde hace más de 80 años y de alguna manera los fieles se sienten siempre atraídos a pedir su intercesión a favor de cada uno de los creyentes, encomendando de manera especial a quienes necesitan su valiosa ayuda», dijo.