Vivir en el Golfo
Por Rodolfo Herrera
Para los trabajadores que aún quedan en el Sindicato Petrolero de la República Mexicana, Cesar Pecero Lozano no es más que la continuidad del corrupto ex líder de Pemex Carlos Romero Deschamps, a quien el hoy aspirante al liderazgo le llamaba “mi guía”.
Bajo la sombra de Romero Deschamps, Cesar Pecero Lozano recorre en campaña las secciones sindicales del STPRM, tratando de amarrar los votos de Veracruz, Tabasco y Tampico, donde aún se le recuerda como Secretario General de la sección 48.
Pecero Lozano ha ocupado distintas carteras sindicales y siempre se identificó como amigo personal de Carlos Romero Deschamps, a quien le rendía pleitesía y elogiaba cada que podía; tras la caída del líder a sugerencia de la Cuarta Transformación, este no tuvo empacho en romper con el hilo conductor que lo ligaba a su protector.
Apenas el 30 de noviembre pasado, Cesar Pecero lo negó, declarando que: “No soy línea ni de Carlos Romero ni de nadie, eso sí, voy en busca del voto y lo debo aclarar…”.
Pero la historia es diferente, porque en pleno apogeo del sindicalismo charro, cuando la familia del líder era exhibida paseando perros en jet privado y estrenando automóviles de lujo, Pecero presidía el GORMUS, el Grupo Obrero de Renovación Moral y Unidad Sindical, que servía para despresurizar tanta queja por abuso, nepotismo, saqueo y violaciones a las garantías laborales de los trabajadores.
Para Cesar Pecero a quien identifican con el PRI, la situación no es fácil, pues el sindicato atraviesa por el descontento generalizado y la inconformidad dejada por Carlos Romero Deachamps.
Al caerse el boom petrolero nacional, en las zonas petrolíferas se acumulan demandas de trabajadores por despidos, rescisiones de contratos, alteraciones al salario y la incertidumbre por las contrataciones.
Aunado a ello, Cesar Pecero ha ido perdiendo alianzas con legisladores petroleros, como es el caso de la Senadora Cecilia Margarita Sánchez García, así como los diputados federales Anita Sánchez Castro y Manuel Gómez Ventura.
Sus detractores lo involucran en un sinnúmero de irregularidades y negocios al amparo del poder, por lo cual no ceen que su llegada a la secretaría general vaya a traer cambios favorables para los trabajadores.
La ahora tan urgente y anhelada unidad parece negársele a Pecero, la retórica muy al estilo priísta no convence a los trabajadores que ven la caída del que fuera poderoso gremio petrolero.
EL PRIVILEGIO DE SER PETROLERO
En las épocas de bonanza, con los liderazgos de Joaquín Hernández Galicia “la quina” y hasta con Sebastián Guzmán Cabrera, ser trabajador petrolero de contrato garantizaba la estadía en la clase media y el estatus de seguridad familiar de por vida; con Carlos Romero Deschamps el sindicato fue perdiendo espacios, los trabajadores vieron limitadas sus garantías y la paraestatal a punto del derrumbe por el saqueo ¿Que podría garantizarle hoy Cesar Pecero a los trabajadores?
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