La Catedral de Veracruz permanecerá cerrada hasta nuevo aviso, tras dos incidente suscitados el domingo.
Se convirtió en el epicentro de la preocupación cuando un incendio se desató en un edificio cercano. La causa aparente fue atribuida a una persona indigente, desencadenando una evacuación de los feligreses presentes para la misa que esperaban presenciar. El fuego y el humo se aventuraron hacia las habitaciones de la catedral, llevando a la decisión de desalojar a los asistentes por razones de seguridad, especialmente ante la presencia de tanques estacionarios de gas en el techo del recinto sagrado.
Aunque la rápida respuesta de los cuerpos de emergencia logró controlar la conflagración, la conmoción no terminó ahí. Tras el desalojo, un candelabro de la nave lateral izquierda del edificio histórico cayó, afortunadamente sin causar lesiones, ya que los feligreses ya habían abandonado el recinto. Ante esta segunda eventualidad, el obispo de Veracruz, Carlos Briseño Arch, tomó la decisión prudente de suspender las misas y actividades en la catedral hasta nuevo aviso, priorizando la seguridad de la feligresía.
El tiempo de cierre se utilizará para llevar a cabo una minuciosa revisión de todos los candelabros de la nave lateral izquierda, donde se desprendió uno durante los eventos del domingo. La precaución se fundamenta en la caída de una araña lateral del zócalo durante el desalojo, aunque afortunadamente no causó daños debido a la ausencia de personas en la zona.
El obispo expresó su agradecimiento por la ausencia de víctimas en ambos incidentes y pidió la comprensión de los fieles. Se espera reanudar las actividades en la catedral en los próximos días, solicitando la paciencia y cooperación de la comunidad mientras se llevan a cabo las revisiones necesarias para evitar futuros percances. La antigüedad del templo añade una capa de complejidad a la tarea de garantizar la seguridad, pero se enfatiza el compromiso continuo de preservar y restaurar la catedral, un tesoro histórico en Veracruz.
