Diversas organizaciones de la sociedad civil han denunciado que imágenes satelitales muestran un presunto derrame de crudo en curso en la zona donde se registró el incendio de la plataforma Akal-B de Petróleos Mexicanos (Pemex), el pasado 6 de abril.
De acuerdo con el reporte de los ambientalista, el derrame petrolero inició alrededor del 22 de marzo y al menos hasta el 9 de abril seguía activo, acumulando 18 días de fuga ininterrumpida.
Asimismo, los denunciantes estiman que el derrame de crudo habría alcanza una superficie mínima aproximada de 390 kilómetros cuadrados.
«Una vez más, es a partir de una explosión en una plataforma de Pemex que se detecta un derrame no reportado por las autoridades. Ante ello, urgimos información transparente, medidas de atención, mitigación y de no repetición; y una conversación sobre Pemex y la seguridad de trabajadores y de comunidades que conviven con su infraestructura, así como el futuro de la petrolera y su innegable responsabilidad frente a la crisis climática», aseguran en un documento las organizaciones firmantes.
El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) y Greenpeace acusaron que la repetición de estos desastres subraya la inaplazable necesidad de abandonar la extracción y quema de combustibles fósiles en el país. Indicaron:
«El siniestro del 6 de abril no puede considerarse un mero accidente, sino una consecuencia inherente de un sistema que sacrifica la seguridad de trabajadores, comunidades y el medio ambiente en pro de la explotación de recursos fósiles».
Cabe recordar que en julio de 2023 estas organizaciones reportaron con base en imágenes satelitales que se había generado un derrame de crudo.
Pemex había ocultado dicho siniestro y fue hasta que agrupaciones revelaron la información cuando la petrolera dirigida por Octavio Romero reconoció el hecho y posteriormente salió el conferencia a reconocer y clarificar el daño.