La Médico Especialista en nefrología de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE), Hospital de Especialidades No. 14 del Centro Médico Nacional (CMN) “Adolfo Ruíz Cortines” del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz Norte, Doctora Eira Ingrid Castillo Echeverría, explicó que el origen de la enfermedad renal crónica es multifactorial y en nuestro país las principales causas son la diabetes mellitus y la hipertensión arterial que no fueron controladas de manera adecuada y a tiempo.
La insuficiencia renal crónica se refiere al momento en que la función renal o tasa de filtrado glomerular es menor a 60 mililitros por minuto, durante un periodo mayor a tres meses y se complementa con alteraciones estructurales en la forma de los riñones.
Agregó, que las enfermedades glomerulares son derivadas por obesidad, sobrepeso, infecciones o enfermedades autoinmunes, así como el uso y abuso de analgésicos y un grupo de antibióticos, también pueden provocar enfermedad renal crónica.
La especialista señaló, que el tratamiento consistirá principalmente en una dieta adecuada, para la cual se apoyan en el servicio de nutrición, además del apego a las indicaciones respecto a los medicamentos prescritos por el nefrólogo, mismos que dependerán de la etapa en la que se encuentre el paciente y su evolución.
Destacó que en etapas iniciales con nutrición adecuada y ejercicio se puede llevar un buen control, lo que permitirá prolongar la vida de la función renal, sin embargo, en etapas más avanzadas se considera una enfermedad renal crónica terminal, se sugiere el inicio de una terapia de reemplazo, ya sea diálisis peritoneal, hemodiálisis o en su caso, el trasplante renal.
La diálisis peritoneal se realiza con la finalidad de remover el exceso de solutos y agua que el paciente retiene debido a su insuficiencia renal y consiste en infundir un líquido en el abdomen, el cual se quedará unas cuantas horas en la cavidad abdominal y los recambios se realizarán de acuerdo a como lo prescriba el especialista.
En la hemodiálisis también se hace esta remoción de solutos y líquidos, pero a través de la sangre, colocando un acceso vascular, que es un cateter; las sesiones se llevarán a cabo en una unidad de hemodiálisis, ya que se requiere una máquina que filtra la sangre y la regresa al cuerpo del paciente.
Castillo Echeverría comentó, que los beneficios de iniciar una terapia de sustitución renal van a mejorar la calidad de vida del paciente, mediante un adecuado control de la presión arterial, del manejo de líquidos, del descenso de solutos y con esto podría el paciente reintegrarse a sus actividades habituales.
Para prevenir enfermedades renales se recomienda: una adecuada hidratación, superior a los dos litros y medio de agua al día, dieta balanceada, actividad física, realizar por lo menos una vez al año un estudio de la función renal, no automedicarse y acudir a su Unidad de Medicina Familiar en caso de molestias para orinar o dolor en la espalda, a la altura de los riñones.
Finalmente, puntualizó que quienes ya padecen insuficiencia renal crónica y son pacientes con alguna de las terapias de sustitución, deben continuar con el control y seguimiento por su médico nefrólogo, apegarse a las recomendaciones higienico-dietéticas, control de presión arterial y de la diabetes mellitus.