En Chile continúa la polémica por el rechazo a ser invitado de honor en la Feria del Libro de Frankfurt. ¿Qué impacto tiene este encuentro para las letras latinoamericanas?
Desde el mundo de la cultura a la política, la noticia se recibió con sorpresa y decepción. Tras conocerse la decisión del Ministerio de las Culturas de Chilede rechazar ser invitado de honor en la prestigiosa Feria del Libro de Frankfurt (www.buschmesse.de), el presidente Gabriel Boric, un reconocido amante de las letras, señaló que intentarán revertir la situación.
La Feria del Libro de la ciudad alemana fue creada en 1949 y es el mayor encuentro del sector editorial del mundo. Una vitrina que para un país pequeño puede ser una gran oportunidad, pero también implica una inversión no despreciable.
El Ministerio de las Culturas argumentó razones presupuestarias y la intención de privilegiar proyectos locales antes que gastar en un costoso pabellón, una numerosa delegación y diversas actividades que podrían implicar más de siete millones de euros.
Torsten Casimir, vicepresidente de comunicaciones de la Feria del Libro de Frankfurt, confirma a DW que aún no hay un nuevo invitado de honor en reemplazo. «Seguimos en conversaciones con los editores chilenos y también con el ministerio sobre una perspectiva de invitado de honor en una fecha posterior a 2025. Este es también el deseo de la parte chilena”, dijo.
Aunque no es la primera vez que un país rechaza esta oportunidad, para algunos sectores es signo de un problema mayor. Según Editoriales de Chile, grupo que reúne a más de 120 editoriales independientes, refleja «un grave retroceso en el posicionamiento cultural de Chile en el mundo”.
Rosario Garrido, directora de Ediciones Bastante, reconoce a DW que declinar ser invitado de honor es una muy mala señal: «Esto es una herida tanto para los editores para como todo el mundo cultural, las artes, el cine. Los libros no son solo literatura, también son ciencias sociales, historia, memoria, artes visuales”.
El mayor encuentro editorial
A diferencia de la feria del libro de Guadalajara, enfocada en la presentación de libros y el encuentro con los lectores, la de Frankfurt es una cita de negocios del sector editorial, dedicada a la venta de derechos para traducción y publicación.
Desde 1976 tiene un país o grupo de países como invitado de honor. La primera vez fue para la literatura latinoamericana, en medio del furor por el boom. De Iberoamérica siguieron España (1991), México (1992), Brasil (1994), Cataluña (2007), Argentina (2010) y repitieron Brasil (2013) y España (2022)
Bajo el lema de «Creatividad desbordante”, el año pasado viajaron 102 autores e ilustradores españoles a la feria y hubo 322 expositores de ese país. España organizó 320 encuentros literarios y culturales, como exposiciones, presentaciones de películas, lecturas y proyectos en el espacio público, tanto en la feria como fuera de ella y también en otras ciudades alemanas. Durante el año, fueron publicados en Alemania 284 nuevos títulos de autores españoles, de 113 casas editoriales.
Este 2023, en su versión número 75, que va del 18 al 22 de octubre, Eslovenia será invitado de honor y el próximo, Italia. La cita es breve, pero intensa, como lo demuestran las cifras de la última versión: cuatro mil expositores de 95 países; 180 mil visitantes, de los cuales 91 mil, de 121 países, son del sector editorial, mientras que 87 mil, de 106 países, son lectores. 6400 representantes de la prensa de 63 países estuvieron acreditados.
«El público lector solamente tiene acceso los sábados y domingos a la feria y aquí no se venden los libros, sino que se venden los derechos. Es una feria profesional”, explica a DW Michi Strausfeld, la reconocida escritora y editora de las letras latinoamericanas en Alemania.
Despertar nuevo interés por América Latina
El tema económico no es una buena justificación, señala Garrido. «Nosotros no lo vemos desde un punto de vista cuantitativo, sino cualitativo. Creceríamos muchísimo y sería un gran input ser invitado de honor en Frankfurt y mostrar todo lo que tenemos. Es una vitrina para las artes y la literatura, una plataforma cultural mundial”.
En opinión de Strausfeld, es una distinción que facilita acuerdos editoriales, traducciones y que se den a conocer nuevos autores entre los demás países presentes, no solo Alemania: «No hay garantía para nada, pero hay posibilidades para mucho”.
«Es una pena que Chile haya rechazado ser invitado de honor, porque pierde la posibilidad de presentar la cultura chilena, no solamente el libro, sino también algo de arte, música y de teatro. Y la atención no solo está en la literatura, sino en el país en general, que tiene mayor cobertura en los medios y está en el foco de atención”.
«Si es por cuestiones de presupuesto, efectivamente este es un argumento serio, pero hay países invitados de honor que gastan mucho, como fue el caso de Cataluña o el de España, pero también hay países que gastan muy poco y hacen una presentación formidable. La India, por ejemplo, hizo una presentación modesta, pero que tuvo mucho éxito, o también está el caso de Islandia. No solamente es cuestión de dinero, sino de imaginación. Con pocos recursos también se puede hacer una presentación totalmente convincente”, señala.
La presencia de un país latinoamericano invitado de honor en Frankfurt podría tener impacto más allá de sus fronteras. «Es una oportunidad que se debería aprovechar, porque irradia también a todo el continente”, dice Strausfeld.
En los últimos dos decenios, consigna, Europa ha perdido interés por las letras de América Latina: «No es por falta de autores. Aunque no están los best sellers mundiales, como fue el caso del boom, tampoco en otros países hay best sellers mundiales tan fácilmente. Pero hay muchísimo talento, hay muchísimos autores interesantes y hay algunos chilenos traducidos que recogen premios o que son respetados y criticados bien, pero queda mucho por hacer para situar a América Latina literariamente en el mapa europeo y para eso ser país invitado de honor también ayuda a fijarse qué pasa en el continente”.
El propio Boric ha reconocido que «gastar en cultura es una tremenda inversión, no un gasto. Hay que hacer mayores esfuerzos en este sentido”. Por ahora, el país sudamericano asistirá con un stand en el que este año incluye la temática del aniversario número 50 del golpe de estado. La posibilidad de recuperar el sitial de invitado de honor para 2025, todavía es incierta.