La cocina mexicana no solo es un deleite, es un motor económico, generando 183 mil millones de pesos y beneficiando a más de 80 sectores del país.
En México, la riqueza de la gastronomía no solo se mide en sabores y tradiciones, también en un impacto económico creciente. De acuerdo con el estudio «El auge global de la comida mexicana: identidad, moda y oportunidad», realizado por Human Connections Media, 30% del gasto de los turistas internacionales se destina al disfrute de la cocina mexicana. Este dato resalta cómo nuestra oferta culinaria ha conquistado a visitantes de todo el mundo, generando una derrama económica anual de 183 mil millones de pesos e impulsando a más de 80 sectores de la economía
El atractivo de la gastronomía mexicana para los visitantes extranjeros va más allá de lo que se sirve en la mesa. Desde los vibrantes mercados donde se elaboran un sinfín de antojitos al momento hasta los restaurantes reconocidos con estrellas Michelin, cada experiencia culinaria es todo un viaje cultural. Y este deleite ha posicionado a la cocina mexicana como uno de los motores más vibrantes del país.
El impacto no se limita a los restaurantes. Esta derrama económica beneficia una extensa red de sectores, que van desde la agricultura y ganadería hasta el transporte y la industria del empaque. Así, el acto de disfrutar un platillo se convierte en un engranaje económico vital que impulsa comunidades enteras, preservando tradiciones que la UNESCO reconoció como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2010.
El auge de la cocina mexicana
El auge internacional de la cocina mexicana no es fruto del azar. Este éxito se debe a chefs y empresarios que han sabido innovar sin perder la esencia de la autenticidad. Figuras como Jorge Vallejo, de Quintonil, y Santiago Lastra, del restaurante KOL en Londres, han llevado ingredientes autóctonos como los escamoles a una dimensión global. Su trabajo muestra que la cocina mexicana es tan sofisticada y compleja como cualquier otra.
Sin embargo, el éxito culinario de México enfrenta retos importantes, de acuerdo con el reporte. Por ejemplo, la exportación de alimentos exóticos presenta dificultades logísticas, de mercado y regulatorias, que complican la expansión de pequeños productores. Sin embargo, estas barreras también ofrecen la oportunidad de fortalecer la cadena de valor de la gastronomía, haciendo que este sector sea aún más robusto.
Finalmente, el estudio plantea que para que la industria siga brillando, es necesario que todos los actores, desde el turismo hasta la producción agrícola, trabajen en conjunto. Solo así se podrá continuar desarrollando estrategias que fortalezcan este patrimonio, asegurando que México siga siendo un destino gastronómico sin igual.