Cuando se quiere bajar de peso o simplemente mantenerse en el que ya está se toman en cuenta varios factores como el estilo de vida o cuidar la alimentación. Sobre este último es importante tener en cuenta incluso las horas en las que se ingieren las comidas especialmente antes de meterse a la cama.
El hábito alimenticio no solo se refiere a lo que se come sino al momento adecuado para ingerir aquellos alimentos que ayudarán a adelgazar o saciar el hambre.
Cuál es la mejor hora para cenar cuando se quiere bajar de peso
Saber cuál es la hora exacta para cenar cuando se está en un proceso para perder peso dependerá de cada persona y de factores como la edad y su estilo de vida.
“Como norma general, recomiendo comer a las dos horas de despertarse y comer algo cada tres o cuatro horas”, menciona la dietista Vanessa Rissetto a la revista Vogue México.
En su recomendación añade que la última comida del día debería ser tres horas antes de irse a dormir “para evitar problemas como el reflujo ácido”.
Sin embargo, un estudio de la Universidad de Harvard determinó la importancia de cenar en un momento específico y añade además cuál es esa hora recomendada para consumir la cena.
La investigación, que cita el medio Sport, se basó en el análisis de 16 personas con obesidad con dietas similares pero con diferentes horarios de comidas.
El resultado arrojó que aquellas personas que consumían la cena a las 19:00 horas o a las 7:00 de la noche tenían un mejor rendimiento del metabolismo en las horas siguientes de descanso, esto también se traduce en una mayor capacidad para eliminar grasas acumuladas.
Qué comer durante la cena
Cambiar la hora de cenar no será el único factor a considerar si no se quiere engordar más de la cuenta. Es preciso tomar en cuenta que algunos ingredientes de la cena pueden resultar beneficiosos para un sueño reparador.
El sitio web Mejor con Salud menciona en la lista de alimentos las carnes magras como la del pavo; el pescado graso como el salmón, el atún, la trucha y la caballa; el arroz; productos lácteos como leche, requesón o yogur; avena; frutos secos; plátanos, kiwi y jugos de cereza.