En el transcurso de su rica historia, la ciudad de Veracruz ha sido un epicentro turístico fundamental desde su fundación, siendo la puerta de entrada a México desde la época colonial hasta la actualidad. A lo largo de los años, varios hoteles emblemáticos han dejado su huella, aunque hoy en día ya no se encuentren en pie.
Hotel Villa del Mar, un majestuoso establecimiento costero, una vez albergó a sus huéspedes con 50 habitaciones, algunas de ellas con vistas al mar. Este oasis incluía una refrescante alberca, jacuzzi y otras amenidades. Su ubicación en el bulevar Ávila Camacho, entre las calles Fray Bartolomé de las Casas y Santos Pérez Abascal, lo convertía en un punto de referencia cercano al balneario y playa homónimos, así como al Acuario de Veracruz.
El Gran Hotel de Oriente, erigido en la década de 1860 como Hotel du Commerce, presidía el puerto de Veracruz desde la Plaza de la República. Para 1900, cambió su denominación a Gran Hotel de Oriente, bajo la propiedad de Manuel Fernández González. Su emplazamiento estratégico frente al Puerto lo convertía en un epicentro del turismo local.
El Hotel Castelán, una joya de los años 50 en la intersección de Agustín Lara y el bulevar Ávila Camacho, ofrecía comodidades como agua caliente y fría en cada habitación, y con el tiempo, añadió servicios como televisión. A pesar de su cierre a finales de los 90 y principios del 2000, el legado de este hotel persiste en la memoria.
Los hoteles Crown Plaza y Playa Paraíso, en el bulevar Ruiz Cortines frente a Plaza Américas, destacaban por su extensa superficie y acceso directo a la playa en Boca del Río. En las cercanías, el legendario Hotel Mocambo aún se mantiene en pie. Aunque ambos dejaron de operar entre 2011 y 2012, su demolición en 2013 marcó el inicio de la construcción de la Plaza Andamar, dando un nuevo giro a la zona.