El histórico halazgo de la tumba de Pakal marcó un antes y un después en la arqueología mexicana no sólo del siglo XX sino de toda su historia
Uno de los grandes hallazgos de la arqueología mexicana es sin duda alguna la Tumba de Pakal en Palenque, vestigio maya histórico que marcó un antes y un después en dicho campo de estudio en el país.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Pakal «El Grande» fue uno de los gobernantes mayas más importantes del México prehispánico. Su mandato, que data del periodo Clásico, se cree que fue entre los años 615 y 683. Dicho hallazgo en la ciudad antigua de Palenque en Chiapas, se trata de uno de los más importantes no sólo del siglo XX sino de la historia de la arqueología mexicana.
¿Cómo fue el hallazgo de la tumba de Pakal?
El 15 de junio de 1952 fue el día que marcó un antes y un después en el estudio de la zona arqueológica de Palenque, pues tras meses de investigación y de retiro de escombros que sellaban la entrada a la cámara mortuoria de Pakal, un equipo de especialistas liderado por el arqueólogo Alberto Ruz L’huillier, pudieron ingresar a la milenaria cripta y sarcófago de Pakal ‘el Grande’.
Ruz L’huillier fue el primer humano en ingresar al lugar de descanso de los restos de Pakal desde el 683 d.C, el cual se encontraba a casi 20 metros debajo del acceso del Templo de las Inscripciones de Palenque.
Al ingresar, el arqueólogo francés naturalizado mexicano, realizó un registro con bastante cautela, entendiendo la importancia del mausoleo maya. Se encontró con una «impactante bóveda prehispánica adornada hasta con nueve relieves estucados que representan a los dioses del inframundo maya, quienes acompañan al gobernante en su tránsito por el submundo», explica el sitio web del INAH.
Ruz describió el hallazgo como «una cripta de hielo», pues gracias a la cal y los sedimentos el lugar tenía una apariencia invernal, como si hubiera hielo.
De acuerdo con el INAH, el impresionante sarcófago de Pakal estaba conformado por un monumento rectangular con dimensiones de 3.80 metros de largo por 2.20 metros de ancho y 25 centímetros de espesor. Este contenía jeroglíficos en sus caras externas.
Dichos jeroglíficos narran la vida terrenal de Pakal y de sus ancestros. Pero no sólo eso, pues también hay una descripción de su renacimiento y ascenso al plano celestial.
«Ataviado como deidad del maíz, desde las fauces del animal cosmogónico que los antiguos mayas conocían como ‘Monstruo de la Tierra». describe el sitio web del INAH.
El descubrimiento de la tumba de Pakal «el Grande» representó el hallazgo de muchos elementos mayas milenarios, pues se encontró además del sarcófago, un ajuar funerario, ofrendas y los relieves de los «Nueve Señores de la Noche» que flanqueaban la tumba del entonces gobernante de Palenque. De acuerdo con el INAH, su entierro se habría dado durante el apogeo de Palenque, a finales del periodo Clásico.
¿Qué había dentro del sarcófago de Pakal?
El 27 de agosto del mismo año de su hallazgo, el equipo de especialistas pudo abrir la lápida de Pakal, gracias al uso de gatos de tractocamiones y a la improvisación con troncos de árboles colocados en puntos estratégicos del sarcófago.
Tras abrirlo se encontraron con los restos de K’inich Janaab’ Pakal mejor conocido como Pakal «el Grande», el cual contenía su máscara mortuoria antropomorfa. La cual a grandes rasgos estaba constituida por un mosaico de 349 fragmentos de jadeita con ojos de concha e iris de obsidiana. El INAH detalla que ésta presenta una deformación craneal y tiene los ojos abiertos, nariz aguileña y la boca abierta.
Además, los arqueólogos encontraron pequeños fragmentos de jade a modo de mascar y joyas sobre su rostro que evidenciaban su estatus noble.
¿Qué simboliza la máscara de Pakal?
El INAH explica que la máscara de Pakal representa al dios Joven del Maíz, a quien se le suele relacionar con gobernantes a través de la metáfora del «sustento y bienestar para la comunidad, pero también como promesa de su renacimiento».
Entre 2000 y 2001, se realizó una restauración a la máscara liderada por la arqueóloga Laura Filloy Nadal, la cual comentó que “hoy sabemos que la máscara perteneció a un gobernante específico, enterrado en esa pirámide, cuyo nombre es K’nich Janaab Pakal; las inscripciones indican que nació el 23 de marzo de 603 d.C., y que comenzó su reinado, el cual fue largo, alrededor del año 615 d.C., y también que murió bastante mayor, en 683 d.C.».
Finalmente, el hallazgo de la tumba de Pakal representó el inicio de múltiples estudios que han permitido profundizar en aspectos como la vida, la religiosidad, el gobierno, las prácticas fúnebres de los antiguos habitantes Lakamha, mejor conocido como Palenque.