Responden las mujeres frente a la violencia estructural que prevalece en Veracruz
Ángeles González Ceballos
Xalapa, Ver
«Alto a la violencia contra las mujeres, no nos van a callar, seguiremos saliendo a tomar las calles porque ¿qué creen?, son de nosotras», expresaron las mujeres que participaron este miércoles en la marcha que se llevó a cabo en Xalapa, como parte de las protestas de este Día internacional para la erradicación de la violencia contra las mujeres.
Con la finalidad de visibilizar la violencia feminicida, las violaciones sexuales, el acoso y en general las injusticias que se siguen cometiendo contra las mujeres, un contingente de feministas convocó a una marcha «separatista» para protestar contra todos los actos que vulneran la integridad física de niñas, adolescentes y mujeres en Veracruz y el País.
Fue una marcha en extremo acompañada por cientos de granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública, que desde algunas protestas van caminando junto con las inconformes para evitar supuestos desmanes, pero ellas lo toman como una provocación.
Desde hace mucho prohiben la participación de hombres reporteros para cubrir las marchas, pero hoy llegaron al extremo de exigir que las mujeres que asistieran a acompañarlas, fueran «prensa aliada» o no las dejarían hacer su trabajo, convirtiéndose ellas en las violadoras de los derechos de los trabajadores de los medios de comunicación.
Cambiaron la ruta con el objeto de evitar ser «encapsuladas» en el viaducto por parte de los elementos policiacos y marcharon por Ávila Camacho, luego bajaron por Sayago, doblaron en Clavijero y hasta llegar a Plaza Lerdo.
Antes, hicieron una parada frente a Radio Universidad, edificio que pertenece a la Universidad Veracruzana, mismo que fue vandalizado, rompieron ventanas, la puerta y pintaron varias consignas contra la Casa de Estudios.
Al llegar a la Plaza Lerdo dieron a conocer las razones de la marcha, en donde expusieron hay mujeres periodistas y defensoras de derechos humanos que siguen haciendo su labor a pesar de la violencia que se vive en México.
«Familias trastocadas por desaparecidas y víctimas de feminicidios que dejan a un lado su dolor y luchan por un poco de consuelo y justicia. De enero de a octubre el periodo más crudo por el encierro de la pandemia, de disparó la violencia contra nosotras. 76 feminicidios, 561 agresiones, 239 desapariciones, hay que nombrarlas, nombrar su lucha, su trabajo para no olvidarlas y dejar testimonio de todas ellas.
En este año, 510 niñas fueron obligadas a ser madres. Nos siguen debiendo el derecho legal a decidir sobre nuestros cuerpos. Clamamos con una voz de justicia, desesperadas porque vivimos en una sociedad enferma, donde el feminicidio es la máxima expresión de la violencia de género», expresaron.
Asimismo, manifestaron su hartazgo de que el Estado Mexicano no genere políticas públicas y si apenas aprueban una, no hay seguimiento o presupuesto y ello es como no hacer nada.
Agregaron que han vivido las provocaciones y ataques del Estado que sólo generan violencia durante sus protestas, además de la resistencia de todas las instituciones que poco o nada han hecho para evitar la violencia estructural.
Además, señalaron a las instituciones de educación, públicas y privadas que carecen reproductores para prevenir y erradicar la violencia y en ese sentido, afirmaron que no han modificado un solo plan de estudios y las generaciones egresan normalizando comportamientos misóginos y machistas, sosteniendo la violencia estructural contra mujeres niñas y disidencias.
«Queremos ser parte de su agenda, no para criminalizar no sino para ser atendidas y que ninguna mujer o niña, de cualquier rincón de este país, viva con miedo. Nos lo deben ¡alto a la violencia contra las mujeres¡», subrayaron.