Con gran entusiasmo, el alcalde Luis Medina Aguirre anuncia la llegada de las Fiestas de la Candelaria en el pintoresco municipio de Tlacotalpan. Este festejo, que rinde homenaje a la Virgen, cumple 247 años de tradición, consolidándose como una celebración reconocida a nivel nacional e internacional desde su inicio en 1777.
El programa oficial, que se extenderá del 31 de enero al 9 de febrero, promete una variedad de actividades artísticas y culturales en siete foros. El punto de partida será la cabalgata histórica de jarochos el 31 de enero a las 15 horas, seguido de eventos religiosos y artísticos, como conciertos, presentaciones editoriales y charlas.
Entre los momentos destacados, se llevará a cabo la entrega de la Medalla Adolfo Ruiz Cortines al grupo Mono Blanco por su destacada trayectoria, destacando la relevancia del son en esta festividad. Amelia Reyna Sánchez, directora de Desarrollo Cultural del Instituto Veracruzano de la Cultura, detalla que se realizarán 35 actividades en el Centro Cultural del Sotavento y conciertos en la Casa de Cultura Agustín Lara.
A pesar de la limitada capacidad de hospedaje en Tlacotalpan, que alberga a mil 200 personas, el alcalde asegura que no ha habido problemas en años anteriores, ya que otros 15 municipios de la región también reciben a los visitantes. Se espera una asistencia de 250 a 350 mil personas durante casi 15 días de fiesta, generando una derrama económica estimada en más de 60 millones de pesos.
En cuanto al paseo de los toros, el alcalde garantiza el cumplimiento de los protocolos establecidos por la Secretaría de Medio Ambiente. Aclara que se llevará a cabo un evento taurino con tres novilleros que presentarán sus técnicas a nivel profesional, asegurando que será una muestra sin violencia y con el retiro de los animales después de dos horas.
Iván Francisco Martínez Olvera, titular de la Secretaría de Turismo y Cultura en Veracruz, también participó en el anuncio de las festividades, resaltando la importancia de Tlacotalpan como Ciudad Histórica reconocida por la Unesco desde 1998. La ciudad, fundada en el siglo XVI a orillas del río Papaloapan, conserva su traza original, casas tradicionales, colores vibrantes y una fusión única de influencias caribeñas y españolas. La celebración de las Fiestas de la Candelaria en este entorno histórico promete ser un evento memorable.