La demanda de procedimientos estéticos incrementó en los últimos años, sin embargo, también el número de fallecimientos a causa de malas cirugías realizadas por usurpadores de la especialidad.
Uno de los casos más fue el de Denisse Reyes Córdoba, alcaldesa de Loma Bonita, Oaxaca, quien murió durante una cirugía estética a la que se sometió.
El doctor Juan José Mora Martínez, especialista en Cirugía Plástica y Reconstructiva, llamó a no tomar a la ligera una intervención estética, pues en la actualidad los pacientes acuden hasta a locales de centros comerciales a aplicarse bótox y rellenos diversos.
Entre las complicaciones estéticas que pueden surgir están mala cicatrización, dilatación en el tiempo de curación de las heridas, infecciones, fibrosis o hematomas.
“Se aplican rellenos faciales, en glúteos, en piernas, mamas y otros. Entre las grandes complicaciones están la administración de sustancias no éticas, no biológicas y no bien esterilizadas dentro del cuerpo humano”.
Hay rellenos que son debidamente aceptados como los biodegradables, que tienen compatibilidad y afinidad con el cuerpo humano como la colocación de grasa autóloga, ya que se trata del tejido graso propio del paciente. Otro más es el acido hialurónico.
Sin embargo, existen otros materiales que no son compatibles con el ser humano y por lo tanto no son biodegradables.
Es decir, permanecen en el cuerpo durante mucho tiempo sino es que el resto de la vida.
Destacan los aceites que a veces son oleosos de comestibles y vehículos.
“El silicón que no es silicón con grado médico y que puede también ser utilizado. Los metacrilatos son otros usados”.
Existen modas y en ciertas épocas la rinoplastia suele ser la más solicitada, otras veces el mejoramiento del perfil facial, el aumento mamario y la movilización de tejido graso como liposucción y lipoinyección.
Cuando el paciente se efectuó un mal procedimiento tiene que recurrir a los centros hospitalarios y a los cirujanos plásticos reconstructores bien formados para cubrir los defectos, distorsiones y destrozos.
“Hay sustancias que no se van a degradar nunca en la vida y además se colocan en una zona pero al paso de los meses y años caminan y buscan acomodo donde el material quiera. Entonces no hay control de esto, tomarán rumbo y de ahí surgen las deformidades faciales, por ejemplo, o el material empieza a drenar. En el peor de los casos hay pérdida de la piel o tejidos donde están colocados estos materiales”.
Hay materiales que se absorben en la circulación sanguínea y llegan a los riñones produciendo insuficiencia renal.
Se debe tener cuidado con las clínicas que operan de manera clandestina, donde los médicos no cuentan con los conocimientos suficientes para llevar a cabo cirugías plásticas.
También con las clínicas que no tienen las licencias necesarias, o que tienen cirujanos no certificados.
“Hay médicos que por alguna razón como no tener tiempo, recurso o capacidad no realizan la preparación debida para ejercer esta especialidad. Hay gente que desea ofrecer sus servicios y hacer procedimientos estéticos en sus pacientes pero olvidan la preparación para hacerlo. En Medicina es bienvenida la inquietud de saber más. El holgazán que no se prepara para este trabajo debe ser rechazado”.
Recomendó investigar y comprobar los datos de oficialidad del médico, es decir, si cubrió los cursos previos a ser cirujano plástico reconstructor, que esté certificado, que pertenezca a una asociación como la Asociación Nacional Mexicana de Cirugía Plástica y Reconstructiva o al Colegio del Estado de Veracruz.
El médico insistió en que se debe tener cuidado con las personas que incursionan indebidamente en una especialidad, además que no es ético y moral.
Recordó que un buen especialista es quien se preparó entre cinco y seis años después de haber cubierto los básicos de medicina general, internado y servicio social.
Esos años de retos le permiten mejorar y formarse como especialista, pues no se puede obviar todo el trayecto.
Lo preocupante es que cada vez hay más médicos improvisados que realizan un trabajo oculto, por lo que se desconoce a ciencia cierta cuantas clínicas “patito” existen en Veracruz o el país.