En el barrio de Yancuitlalpan, Huamantla, el frío que hace que duelan los huesos se asocia con el desconsuelo de las familias, por el deceso de los menores en una playa de Alvarado, Veracruz. /Foto y Texto el Sol de Tlaxcala
En la tarde-noche del martes, los vecinos se solidarizaron y les llevaron consuelo.
Y la gente del barrio, -uno más de Huamantla- se unió en apoyo ante la tragedia.
No hubo culpas, odio ni rencor hacia nadie, fueron momentos para que los dolientes superaran pronto lo que está pasando.
Y en familia, llevaron flores, veladoras, azúcar, café y desechables para el velorio.
ulio César y su hijo Julio que han viajado desde la capital se acercaron a Domingo N., padre de los menores y le entregaron dos cajas llenas de pan.
«Nadie está exento de una tragedia y desde que El Sol de Tlaxcala lo publicó, le dije a mi hijo que teníamos que apoyar a la familia… aquí estamos sumándonos a su dolor», explicó Julio César al progenitor.
-«¡Gracias!, estamos recibiendo el apoyo de nuestro barrio, del gobierno estatal y municipal», respondió Domingo N.
Hasta el fondo de la calle Hidalgo se observó un manteado donde la gente se congrega para sumarse a las condolencias.
Algunos con cubrebocas, intentaron guardar la sana distancia por la pandemia del nuevo coronavirus, pero el contacto de abrazos fue inevitable.
Frente a la casa de dos niveles en obra negra, estaban colocados los féretros de color blanco donde yacen los cuerpos de Brayan N., de 12 años, Alexander N., de 11 y Domingo N. de 14.
«Primero está Brayan N., el que los buzos encontraron al último… era la primera vez que conocía el mar, pero vino esta desgracia», expresó la señora Patricia N., madre de uno de ellos, notablemente aturdida.
«No tenemos con qué pagar las muestras de solidaridad de las autoridades municipales y estatales», reiteró.
Sobre el féretro de Brayan a quien le gustaba la música de rap y el futbol, había dos playeras deportivas.
En una de ellas se leía: «Brayan te vamos a extrañar».
En ese lugar, ni el frío ni la lluvia detuvo las muestras de afecto a la familia que en unas horas, perdió para siempre a sus tres hijos.
n el lúgubre lugar, el rap fue el fondo musical, aquel que surgió en barrios marginados de Estados Unidos de América, como una forma de luchar contra un sistema opresor.
Ayer, entre gente de trabajo, pero con vidas complicadas, el barrio de Yancuitlalpan se solidarizó con rezos y cánticos.
Este miércoles, bajo máximas medidas de seguridad por la contingencia epidemiológica, les darán el último adiós en el panteón de Santa Anita.