-Recibió medalla y reconocimiento «Adolfo Ruiz Cortines», en Congreso local
Ángeles González Ceballos
Xalapa, Ver
«A los que quedaron arriba se les olvidó nombrarnos en los libros de historia, resaltaron dos o tres acontecimientos aislados», lamentó Luis Antonio Rodríguez Pulido, galardonado este día con la medalla y reconocimiento «Adolfo Ruiz Cortines», que otorga el Congreso del Estado.
Subrayó que también se ocultaron sus contribuciones y se quiso decir que no existen a pesar de que están aquí desde 1521.
Con gran emisión y con voz entrecortada, agradeció que la legislatura pasada haya reconocido a las comunidades afromexicanas, cualquiera que sea su autodenominación como parte de la composición pluricultural del Estado y expresó: «aquí seguimos como veracruzanos a pesar de todo».
Pidió también a los actuales diputados saquen adelante la ley regalmentaria porque no son los pueblos los que deben de cambiar por las leyes, sino las leyes son las que deben resguardar todo lo que un pueblo tiene.
«Hoy al recibir la medalla lo hago no por mi persona, sino por el nombre de todas las comunidades que nos juntamos en el 2012 para solicitar el reconocimiento constitucional que la senadora Susana Harp hizo posible en 2019 al reformar el artículo 2 de la Carta Magna, para reconocer a los pueblos afromexicanos», expresó al tardar por algunos minutos el aliento.
En la tribuna más alta de Veracruz pasó lista a Yanga, Coyolillo, Almolonga, Tamiahua, Mozomboa, Motzorongo, Cabo Verde, Mozambique, Jamapa, Lizamba, Mazoco, Mandinga, Mocambo, Matoza, Matamba, Agua Prieta, Las Peñitas, El Corte, entre otros pueblos que guardan en el nombre la memoria ancestral que otros gobiernos nunca quisieron reconocer.
El galardonado solicitó a la actual comisión de Asuntos Indígenas, se llame, en lo sucesivo, comisión de Asuntos Indígenas y Afromexicanos.
También, pidió a las comisiones de Derechos Humanos y Grupos Vulnerables, de Educación y Cultura, así como la de Asuntos Indígenas de dicha soberanía; entregar una exposición de motivos que han venido trabajando las comunidades afrojarochas del Estado.
Documento que seguramente servirá para que los diputados presenten una iniciativa de ley que desarrolle el contenido constitucional en la materia y sea sometido a votación.
Recordó cómo es que los negros africanos llegaron a América Latina y a Veracruz, así como la manera en que lograron su supervivencia.
«En los llanos de Veracruz fue muy distinto, los españoles mandaron a comprar mulatas y se casaron con ellas para que los hijos cuidaran del ganado. Se volvieron jinetes expertos y por uso de la garrocha fueron llamados jarochos», puntualizó.
Luego entonces fueron milicianos que defendieron a Veracruz de los ataques piratas, así que a lomo de caballo surgieron los jarochos y las jarochas en los llanos sin cadena en el cuello ni grilletes en las manos.
Recordó como los tatarabuelos defendieron a la patria en todas las guerras, peleando junto a Morelos, luchando junto a Victoria y cabalgando con Bravo.
«Batallaron junto a Santa Ana contra los gringos, defendieron a Puebla contra Napoleón, lucharon por la tierra junto al coronel Tejada, pero a quienes quedaron arriba se les olvidó nombrarnos en los libros de historia, resaltaron dos o tres acontecimientos aislados», lamentó.
También, se ocultaron sus contribuciones y se quiso decir que no existen a pesar de que están aquí desde 1521.
«Aquí seguimos como veracruzanos a pesar de todo eso. Dando lo mejor de nosotros, a la ciencia, la cultura, la economía, la política y el arte de Veracruz y México. Por nosotros, por los indígenas y por las demás culturas de este mosaico mexicano, Veracruz tiene un aroma a caña y a café», expresó.
Veracruz, resaltó Luis Antonio Rodríguez Pulido, sabe a mozambique y a yuruba, suena a paisajes sonoros de marimba, de maraca, de cajón y de jarana, pues en eso cantan la rama, bailan la conga de el viejo, zapatean el huapango y el fandango, así como elevan al cielo la fuerza infinita y poderosa del son jarocho.
Los veracruzanos a lo largo de todos estos siglos, seguimos comiendo mondongo, gandinga, chancletas, machuco, bolín, casamiento, cultivan la versada, la décima y la charanga.