El glaciar Thwaites, ubicado en la parte occidental de la Antártida, es uno de los más grandes que existe en la región. Según mencionan algunos especialistas, puede llegar a tener el tamaño del Reino Unido, o del estado de Florida, en Estados Unidos.
Más de 170 mil kilómetros de hielo se están derritiendo a causa del cambio climático y está provocando que el nivel del mar aumente considerablemente, una situación que le hizo ganarse el apodo de el glaciar del ‘juicio final’ como una analogía a lo que puede pasar si este llegase a colapsar.
Los expertos de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, publicaron un estudio en la revista científica «Science Advances», en el cual investigaron el grado de deshielo que se está generando en la parte baja del iceberg, pues ahí es donde se puede medir la temperatura, oxígeno, salinidad y la fuerza de las corrientes oceánicas.
“Los canales por los que el agua caliente accede y ataca a Thwaites no los conocíamos antes de la investigación. Utilizando los instrumentos sonares del barco, anidados con la cartografía oceánica de muy alta resolución del ‘Ran’ (Submarino de investigación), pudimos descubrir que hay caminos distintos que el agua toma para entrar y salir de la cavidad de la plataforma de hielo, influenciados por la geometría del fondo oceánico”, explicó en el estudio Alastar Graham, investigador, en la revista científica.
Así mismo, en algunas de las imágenes diagnósticas que se tomaron vía satélite por la Unión Geofísica de los Estados Unidos, se pudo demostrar que existen varias grietas diagonales que se extienden por toda la superficie del Thwaites. Un factor que indica que no es preservable a través del tiempo.
“Si esta plataforma de hielo flotante se rompe, el glaciar Thwaites se acelerará y su contribución al aumento del nivel del mar llegará hasta el 25 %”, mencionó la entidad.
Las investigaciones también han demostrado que el gran flujo de corrientes de agua caliente están afectando el soporte del glaciar sobre el lecho marino. Esto quiere decir que si estos puntos llegasen a derretirse podrían ocasionar el colapso de la masa de hielo y precipitarse aguas arriba.
“El agua conduce el calor ascendente de manera muy eficiente. Pero también puede transportar la energía térmica antes de que llegue al fondo del glaciar“, mencionó el doctor Karsten Ghoo, geofísico de la Unión Geofísica de los Estados Unidos en el estudio de la institución.
Se pronostica que, desde 1980, se han derretido cerca de 600 mil millones de toneladas de hielo en la Antártida, según datos ofrecidos por el ‘New York Times’ en 2017.